Comienzo el curso escolar con la referencia a dos documentos publicados en las postrimerías del ya pasado, pero que pueden sernos de gran ayuda en la preparación o en nuestras intenciones para este nuevo curso. Unas intenciones que, más allá de ver como se desenvuelve la recién renovada Administración educativa, no pueden hacernos perder de vista lo que de verdad importa.
Escuelas Católicas publicó así su documento “Escuela evangelizadora. Una propuesta para encarnar el Evangelio en los centros educativos”. O lo que es lo mismo, la propuesta de la Iglesia en el ámbito educativo para el cumplimiento de la misión que le es propia, la evangelización.
Se trata de comprender, de una vez por todas, que la educación es la mediación fundamental de la misión evangelizadora de la Iglesia que desarrolla la escuela católica en la sociedad actual, entre nuestros niños y jóvenes. Sólo así alcanzaremos a entender la importancia de su misión en las circunstancias del mundo actual, en el que, lejos ya de aquella escuela católica para una sociedad católica, nos encontramos ante una escuela en estado misionero y al específico servicio del proyecto humanizador de la Buena Noticia de Jesús de Nazaret.
El documento actualiza la identidad y misión de la escuela católica a la luz del Magisterio, su constitución como comunidad educativa vertebrada a través de un proyecto educativo evangelizador capaz de hacer frente a los desafíos de la pluriculturalidad, en permanente transformación y llamada a la conversión pastoral.
Pero lo importante es que nos recuerda, y ello siempre es necesario, que la educación y la evangelización caminan estrechamente de la mano. La acción educativa constituye así un privilegiado instrumento de mediación evangelizadora que posee, como un tesoro, la escuela católica, pues “sin educación no hay evangelización duradera y profunda, no hay crecimiento y maduración, no es posible un cambio de mentalidad y cultura” (Benedicto XVI. Discurso a los Salesianos en su Capítulo General, 2008).
Y así es como la evangelización interpela a la educación, porque en ella se trata del hombre y “el hombre, en la plena verdad de su existencia, (…), es el primer camino que la Iglesia ha de recorrer en el cumplimiento de su misión, él es el camino primero y fundamental de la Iglesia, camino trazado por Cristo mismo, vía que inmutablemente conduce a través del misterio de la Encarnación y de la Redención” (Juan Pablo II. C.E. Redemptor Hominis n.14). Por ello, como señala Benedicto XVI, “La educación constituye uno de los puntos fundamentales de la cuestión antropológica actual y, por ello, es necesario preparar un proyecto educativo que brote de una visión coherente y completa del hombre” (Discurso a la C.E. Italiana, 2008).
Ese es el gran desafío actual de la educación católica. Y para ayudar en esa cuestión antropológica de suma importancia en el ámbito educativo, y en orden a esa visión coherente y completa del hombre, entra en juego el segundo de los documentos a los que me refiero, publicado por la Congregación para la Educación Católica bajo el título “Varón y mujer los creo. Para una vía de diálogo sobre la cuestión del gender en la educación”. Un documento que, partiendo de la visión antropológica cristiana que ve en la sexualidad un elemento básico de la personalidad y por ello parte integrante del desarrollo de la misma y de su proceso educativo, reivindica dicha antropología frente a aquella ideología que pretende “imponerse como un pensamiento único que determine incluso la educación de los niños” (Francisco, Amoris Laetitia, n. 56). Es más, propone puntos de encuentro ante el contexto actual, especialmente en lo que supone la lucha contra las injustas discriminaciones sin distinción de ningún tipo.
Los desafíos de la sociedad actual, que son especialmente virulentos en el ámbito antropológico y de la ingeniería social, obligan, no sólo a la escuela católica y a cuantos trabajamos en ella, sino a todos los creyentes, a prepararnos para saber darles respuesta desde el horizonte antropológico del hombre de Jesús. Los dos documentos son buenos instrumentos para ello.
