Opinión

Jesús Moreno

A pie de calle

Esperanza creativa

16 de octubre de 2024

Las energías que se pierden en la queja ante la situación que nos ha tocado en suerte vivir, bien podrían convertirse en creatividad para encontrar un nuevo rostro de cristianismo, en lo que Gabriel Marcel llamaba fidelidad creativa. De lo contrario, daremos la impresión de ser poco creyentes, de haber sucumbido a la tentación de pensar que la nuestra es una época dejada de la mano de Dios, sin rastros de su presencia, sin inspiración de su Espíritu: lo que a todas luces es imposible, a tenor del final del evangelio de San Mateo, “Y sabed que estoy con vosotros todos los días hasta el final de este mundo” (28,20). No hay ninguna época, ni período, ni minuto de nuestra vida que no estén acompañados por su presencia salvadora y actuante. En esas palabras que el evangelista pone en boca del Resucitado resuena el nombre de la zarza ardiente: “Estaré con vosotros”. “No eres tú extraño a quien no se extraña contigo. ¿Cómo dicen que te ausentas tú?”, afirma san Juan de la Cruz (Avisos, 50)”.

Si, como muchos teólogos señalan, la crisis de nuestras sociedades acomodadas es una crisis de Dios, no se puede comenzar con una crítica despiadada de lo de fuera, como si nosotros no participáramos del espíritu del tiempo, sino con una autoevangelización muy profunda que vuelva a lo esencial a lo posibilidad de transmisión de la fe si uno mismo, en primera persona, no ha descendido al terreno de los fundamentos, esencial, al centro mismo de la , al centro mismo de la fe, que la purifique de todos los restos de ‘increencia’ propios del creyente. No hay posibilidad de transmisión si uno mismo, en primera persona no ha descendido al terreno de los fundamentos, se ha confrontado con su verdad, los ha personalizado, vive de ellos; desea ser, y no solo, parecer, cristiano. En la medida en que esta tarea se lleva a cabo con humildad, paciencia y esperanza, como quien está siempre en camino, en búsqueda y tensión permanente hacia la verdad, será posible que esa existencia se convierta en un comentario, por pobre que sea, al texto sagrado; en un signo que apunte más allá de sí hacia aquel que inicia y consuma la fe (Heb 12,2)”[1]

 

“Yo soy entusiasta porque estar vivo es un privilegio. Creo que a veces el intelectual es un poquito autocomplaciente: hablar del dolor y la tristeza está muy bien, pero también tienes que hablar de la esperanza. A mi edad ya me faltan muchos de mis amigos y parientes. Hay más pasado que futuro. pero no me quita el entusiasmo. Todo lo contrario. Hemos de pasar esperanza, sobre todo, a los más jóvenes. Mira los Juegos Olímpicos. ¿Cómo se pueden batir récords aún? ¿No es fascinante? El ser humano es extraordinario.”[2]

Jaume Plensa no sé si es o no es cristiano. Pedro Rodríguez, ciertamente que sí lo es. Voy a resaltar algunas de sus frases, pensamientos, para que textos tan densos no se pierdan en mis comentarios y palabras mucho más ligeros. 

De lo contrario, (sin esperanza creativa) daremos la impresión de ser poco creyentes, de haber sucumbido a la tentación de pensar que la nuestra es una época dejada de la mano de Dios, sin rastros de su presencia, sin inspiración de su Espíritu: lo que a todas luces es imposible, a tenor del final del evangelio de San Mateo, “Y sabed que estoy con vosotros todos los días hasta el final de este mundo” (28,20)

No hay ninguna época, ni período, ni minuto de nuestra vida que no estén acompañados por su presencia salvadora y actuante.

No se puede comenzar con una crítica despiadada de lo de fuera, como si nosotros no participáramos del espíritu del tiempo, sino con una autoevangelización muy profunda que vuelva a lo posibilidad de transmisión de la fe.

Hablar del dolor y la tristeza está muy bien, pero también tienes que hablar de la esperanza. A mi edad ya me faltan muchos de mis amigos y parientes. Hay más pasado que futuro. pero no me quita el entusiasmo. Todo lo contrario. Hemos de pasar esperanza, sobre todo, a los más jóvenes.

Tanto el creyente Rodríguez Panizo, como el que no sé si lo es, Plensa, nos hablan de esa esperanza necesaria para vivir. Cuando ya no tenemos esperanza es que hemos perdido el sentido de la vida.

 

Que disfrutéis de Julia, una gran creación de Plensa y situada en la Plaza Colón de Madrid. Ahí la tenéis.

[1] Pedro Rodríguez Panizo. LA TRANSMISIÓN DE LA FE. Rev. Sal Terrae. Nº 1299. Mayo 2024. Pag.394-395.

[2] Jaume Plensa. (Escultor) XLSemanal.  Nº 1929. 13-19 octubre 2024.

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