La Cuaresma es el tiempo de preparación ¿Por qué dura cuarenta días? Recordemos que la Biblia usa muchos números con un significado simbólico. ¿Cuál es el significado concreto del número 40?
En la antigüedad morían muchos niños y los adultos vivían unos 40 años. Solo una minoría superaba esa edad. Por eso, era el símbolo de una generación, de un tiempo suficientemente largo para realizar algo importante.
La vida de Moisés es un ejemplo claro. Murió con 120 años (Dt 34,7), que san Esteban divide en tres etapas de 40: el tiempo que pasó en Egipto, adorando a los dioses falsos, el tiempo que pasó en el desierto, purificándose, y el tiempo que vivió al servicio de Dios y de su pueblo (Hch 7,20-40). Es como si hubiera vivido tres «vidas».
En otros textos sucede algo similar. Isaac se casó con Rebeca a los 40 años (Gén 25,20) y también su hijo Esaú (Gén 26,34). Es el tiempo que Israel, guiado por Moisés, caminó por el desierto (Dt 29,4), que duró el reinado de David (1Re 2,11) y que Job vivió felizmente, después de sus desgracias (Job 42,16).
Igual que 40 años significan una vida, 40 días significan un tiempo suficientemente largo para que se realice algo importante. Es lo que duró el diluvio (Gén 7,12), el tiempo que Moisés pasó en oración antes de recibir las tablas de la Ley (Éx 24,18), lo que tardaron sus enviados en explorar la Tierra Prometida (Núm 13,25) y lo que Elías anduvo antes de encontrarse con Dios (1Re 19,8). Jonás anunció la destrucción de Nínive a los 40 días (Jon 3,4).
En el Nuevo Testamento, Jesús fue presentado en el templo a los 40 días de su nacimiento (Lc 2,22), como mandaba la Ley (Lev 12). Durante 40 días permaneció en el desierto antes de iniciar su vida pública (Mt 4,2) y, después de la resurrección, se apareció también durante 40 días (Hch 1,3).
Con estas premisas, la Cuaresma supone el tiempo necesario, el tiempo completo, el tiempo oportuno que la Iglesia nos ofrece para nuestra salvación.
Hay otra interpretación patrística del número 40 –recogida en el himno latino del oficio de lectura– como un número cósmico (el 4, imagen de los cuatro confines de la tierra) multiplicado por un número moral (el 10, en referencia al Decálogo), para convertirse en una expresión simbólica de la historia de este mundo. Así, los Padres encontraron en el ayuno de 40 días una recapitulación de toda la historia de la humanidad, con sus desobediencias, que Jesús asume en sí y lleva consigo hasta el fondo.
Las 6 semanas también fueron interpretadas simbólicamente por los Santos Padres. En la Biblia, el 7 es un número perfecto, «divino». Se usa para indicar que algo posee la plenitud, como la creación de Dios (Gén 1) o el libro de los 7 sellos, que contiene los designios de Dios sobre la historia (Ap 5,1). Por el contrario, el 6 indica que algo no está completo.
Se pueden recordar las tinajas de Caná (Jn 2,6) o el número de la bestia inmunda, «que es número humano, el 666» (Ap 13,18). Además, el séptimo día es de descanso, mientras que los seis previos son de trabajo.
Eusebio de Cesarea (s. IV) afirma que, igual que Dios trabajó durante seis días y el séptimo descansó, los cristianos deben esforzarse en trabajos espirituales durante las seis semanas de Cuaresma antes de vivir las siete semanas de Pascua, que son el anticipo de la vida eterna: «Después de Pascua, celebramos Pentecostés durante siete semanas íntegras, de la misma manera que mantuvimos virilmente el ejercicio cuaresmal durante seis semanas antes de Pascua. El número seis indica actividad y energía, razón por la cual se dice que Dios creó el mundo en seis días. A las fatigas soportadas durante la Cuaresma sucede justamente la segunda fiesta de siete semanas, que multiplica para nosotros el descanso, del cual el número siete es símbolo».
San Juan pone de relieve que, en Caná, el agua que Jesús transformó en vino se encontraba en 6 tinajas de las que los judíos usan para los baños de purificación ritual antes de la boda. Al transformar el agua de esas tinajas en vino, indica que aquellos ritos preparaban el banquete de bodas entre Cristo y su Iglesia. Las 6 semanas de Cuaresma son como las 6 tinajas de la purificación: Indican el tiempo del noviazgo, el tiempo dedicado a la limpieza, para que todo esté preparado el día de la boda. La semana séptima se celebra la Pascua, las bodas del Cordero.