Esta advocación mariana cumple cien años. El patriarca de Jerusalén Luigi Barlassina (1920-1947) invocó por primera vez a María como ‘Reina de Palestina’ en su entrada solemne en la basílica catedral del Santo Sepulcro el 15 de julio de 1920.
La sección de Aragón de la ‘Orden Ecuestre del Santo Sepulcro de Jerusalén’ ha celebrado en la mañana de hoy, 18 de diciembre de 2020, su fiesta anual con una misa presidida por el prior de la Sección, el obispo de Tarazona. Mons. Eusebio Hernández Sola, y que tuvo lugar en el templo parroquial de San Gil Abad de la ciudad de Zaragoza. En su homilía, se ha referido a María, la Virgen de Palestina, como “Reina del Adviento y modelo de esperanza”.
Don Eusebio ha invitado a los caballeros y damas presentes a “en este tiempo de pandemia, descubrir dónde está lo verdaderamente importante, qué permanece y qué es pasajero”. La respuesta, continuó el prelado, “supone fe profunda, fidelidad y constancia, y perseverancia en nuestros compromisos”. También se ha referido a “una tragedia grave, la aprobación de la eutanasia, que debe ser un motivo para que los miembros de la Orden reafirmen su compromiso a favor de la vida y su testimonio”.
Al término de la misa, han intervenido el presidente de la sección de Aragón, Carlos de Corbera y Tobeña, y el lugarteniente de España Oriental (Aragón, Cataluña, Valencia, Baleares y Navarra), Juan Carlos de Balle y Comas. Este último hizo un balance de la actividad de la Orden durante el año que está a punto de acabar y agradeció a los presentes que se hayan cumplido los objetivos de colaboración con Tierra Santa.
La Orden en Aragón
La ‘Orden Ecuestre del Santo Sepulcro de Jerusalén’ fue fundada por Godofredo de Bouillón en 1098, llegando a Aragón en el siglo XII, tras la muerte de Alfonso I, quien en su testamento hizo “heredero y sucesor mío al Sepulcro del Señor que está en Jerusalén”. Sus centros principales son el monasterio de la Resurrección, de las Canonesas Regulares del Santo Sepulcro en Zaragoza, y la Real Colegiata del Santo Sepulcro de Calatayud, recientemente elevada a basílica menor pontificia.
En la actualidad, Aragón cuenta con una treintena de caballeros y damas del Santo Sepulcro, que se esfuerzan en cumplir sus dos fines principales: la proclamación de la Resurrección del Señor como fundamento de la fe católica y el sostenimiento económico del Patriarcado Latino de Jerusalén. Además velan por los cristianos de la Tierra Santa.