Cabe destacar las numerosas referencias a la práctica deportiva que realiza el Papa en actos, viajes o incluso en la exhortación apostólica Christus vivit, en la que indica:
«Es igualmente significativa la relevancia que tiene entre los jóvenes la práctica deportiva, cuyas potencialidades en clave educativa y formativa la Iglesia no debe subestimar, sino mantener una sólida presencia en este campo. El mundo del deporte necesita ser ayudado a superar las ambigüedades que lo golpean, como la mitificación de los campeones, el sometimiento a lógicas comerciales y la ideología del éxito a toda costa»
Me resulta de especial interés la orientación a la práctica deportiva que recomienda a los jóvenes. Aunque a su vez, advierte sobre la responsabilidad que asumimos las personas que desarrollamos nuestra carrera profesional en el sector deportivo, los cuales debemos velar por un entorno sin ambigüedades. La política, las campañas comerciales, las casas de apuestas y las ideologías, entre otros agentes, se apegan al entorno deportivo para atribuirse unos atributos con claro interés, los cuales contaminan el entorno formativo y educativo propio del deporte.
El deporte debe estar al servicio del ser humano, su práctica es un derecho fundamental y una herramienta educativa tanto a nivel personal como social.