«Suelta lo que te haga daño», «piensa en ti», «tú eres lo primero». Estas son algunas de las máximas que más se oyen en la actualidad, bien a través de las redes, de nuestros cercanos, amigos o conocidos, después de haberlo oído en series, películas y anuncios de publicidad. Parece que todo gira en torno al yo y al autoplacer. Sin complicaciones. Sin embargo, también está probado que la felicidad se encuentra en dar. Parece un tópico pero no lo es, lo sabes porque lo has experimentado en primera persona ¿verdad? Por eso, he querido recopilar en esta breve lista algunas directrices que pueden ayudarte a orientar el rumbo hacia la felicidad.
- Cuida los libros que lees y las series y películas que ves. Leer también es consumir, ingerir pensamientos, ideas y emociones. Si cuidamos nuestra alimentación para que sea sana, nutritiva y equilibrada, ¿cómo no hacer lo mismo con nuestras lecturas, series y películas?
- Medita en tu objetivo vital, es decir, en qué quieres hacer en esta vida, qué te mueve. ¿Tener mucho dinero? ¿éxito? ¿fama? ¿cero sobresaltos? ¿una figura diez? o ¿sentar la cabeza y ser una persona de provecho? ¿ser buena gente? ¿ayudar a los demás?
- Una vez que tienes tu propósito en la vida seguro que existen unas prioridades. Te recomiendo que las revises. Si en los primeros puestos se encuentran objetivos materiales o egocéntricos, dales otra vuelta. La felicidad está en dar y en darse. Y esto es compatible con dedicarse tiempo a uno mismo (leer, pintar, pasear, hablar con un amigo), porque para transmitir paz hay que tenerla, para dar hay que tener, pero el objetivo no es tener, sino ser útil para los demás, luz en medio de la oscuridad, orden en medio del caos.
- Y por último, lo más importante, mete a Dios en tu vida. Hazle partícipe de tus flaquezas, alegrías, miedos y sueños. Él es tu padre y quiere lo mejor para ti. Y lo mejor, abandónate en él para que pueda hacer grandes cosas a través de ti.
