Opinión

Jesús Moreno

A pie de calle

Beneficiarse del sufrimiento… de los demás

25 de mayo de 2022

                Duro, durísimo título. Durísima afirmación. Durísima realidad.

Es el título de la NOTA INFORMATIVA de la conocida ONG “OXFAM-INTERMON”[1] del 23 de mayo de. 2022.[2] Lo ‘de los demás’ es cosecha propia, aunque nada original. Copio algunos datos y afirmaciones de esa Nota Informativa.

Ese mismo día, 23 de mayo, “los milmillonarios se reúnen en persona por primera vez en los dos últimos años en Davos (Suiza) y tienen mucho que celebrar. A lo largo de la pandemia de la COVID-19, su riqueza se ha disparado hasta alcanzar unos niveles sin precedentes. La pandemia, que para la mayor parte de la humanidad ha estado marcada por el sufrimiento y ha supuesto una enorme ruptura en sus vidas, ha resultado ser uno de los mejores momentos de la historia para los milmillonarios”.

“Desde el inicio de la pandemia, 573 personas se han convertido en milmillonarias en el mundo, uno cada 30 horas. Mientras que 263 millones de personas más se verían sumidas en la pobreza extrema, un millón cada 33 horas”. Cada 30-33 horas, ¡un milmillonario más y un millón más de pobres extremos! ¿Será posible? Vergüenza total.

Un dato más para la vergüenza: “Especialmente beneficiadas, las empresas de los sectores energético, alimentario y farmacéutico. Pagar la luz, tener comida y acceso a vacuna es, mientras, un reto imposible para millones”. Las empresas más beneficiadas, más enriquecidas, han sido precisamente las que producen o regulan lo más necesario para una vida digna: comida, salud, luz. Y han convertido lo imprescindible en un reto imposible para muchos. ¡Más vergüenza! ¡Más inhumanidad de los señores del dinero!

Por si quedaba alguna duda: “La riqueza de los milmillonarios se ha disparado durante la pandemia de la COVID-19 en gran medida debido a los beneficios extraordinarios de grandes empresas de los sectores farmacéutico, energético, tecnológico y alimentario. Mientras tanto, millones de personas en todo el mundo se enfrentan a una crisis por el aumento del coste de la vida debido a los efectos persistentes de la pandemia y el rápido incremento del precio de productos básicos como los alimentos y la energía. La desigualdad, que ya era extrema antes de la pandemia de la COVID-19, ha alcanzado niveles sin precedentes”. “Fortunas Inimaginables”, afirma la Nota. Y la desigualdad “ha alcanzado niveles sin precedentes”.

También en España, por si quedaba alguna duda: “El número de milmillonarios españoles de la lista Forbes también ha aumentado desde el inicio de la pandemia. Hay cuatro nuevos mientras la riqueza de los que ya lo eran antes de la pandemia ha crecido a un ritmo de 6,8 millones de euros al día”. A algunos les ha parecido una minucia. Querían más.

“Las desigualdades matan, contribuyendo a la muerte de al menos una persona cada cuatro segundos. Solo son inmunes los más ricos. No solo no les afectan las crisis, sino que, objetivamente, los milmillonarios se han beneficiado de ellas. Su riqueza se ha disparado”. La muerte que provoca la desigualdad era justamente lo que recordaba la semana pasada, en esta sección, con la Palabra Bíblica: “Quien niega el pan al pobre es homicida: porque el pan de la limosna es la vida del pobre; el que lo niega es homicida; mata a su prójimo quien le quita el sustento, quien no paga el salario al jornalero derrama sangre” (Eclesiástico -Sirácida- 34,21-22).

Oxfam Intermón propone medidas que deberían tomar los gobiernos mitrando al pueblo que sufre y no a los milmillonarios que gozan, aunque los ricos también lloren: “Frente al incremento desorbitado de la concentración de riqueza en plena crisis mundial, es urgente impulsar impuestos sobre las grandes fortunas y el capital. Los Gobiernos deben aplicar con urgencia medidas fiscales altamente progresivas e invertir el dinero recaudado en mecanismos sólidos y de eficacia demostrada para reducir la desigualdad”. “Los Gobiernos deben tomar medidas urgentes para poner freno a la riqueza extrema. Deben elevar sin demora la tributación sobre la riqueza, el capital y los beneficios “caídos del cielo” de grandes empresas, e invertir este dinero en la protección de la población con mayores necesidades y en la reducción de las desigualdades y el sufrimiento”.

Los gobiernos, sí. ¿Y nosotros? ¿Tú y yo? Ante esta y otras noticias o informes sobre pobreza, hambre, injusticias, guerras, nos solemos preguntar: Y yo ¿qué puedo hacer? Probablemente, no mucho. Estar informado y buscar informarse es el primer paso. Después nos irán viniendo o iremos encontrando otros pasos, acciones o modos de vivir personales, familiares, entre amigos… Y llegarán o buscaremos pasos unidos a otros que caminan a nuestro lado con el mismo estilo de vida. Encontraremos organismos civiles, religiosos…  en los que colaborar en esta lucha contra la injusticia, la inequidad, la pobreza, los abusos económicos e indignos de la persona humana por parte de quienes valoran más al dinero que al ser humano.

Una buena información, acogida y reflexionada, nos irá llevando a nuevas acciones y a un nuevo estilo de vida más solidaria y fraterna.

“Podemos sentirnos, y en realidad lo somos, pequeñas gotas en el océano. ¿Estamos dispuestos a creer que el océano no sería el mismo si faltara un sol de esas gotas minúsculas? Jesús está firmemente convencido, y por eso se empeña en la lógica del grano de mostaza y la levadura. Más que resultados, lo que se nos pide es una vida entregada sin medida”.[3

Tampoco nos viene mal la ‘sabiduría popular’ que todos conocemos: “Un grano no hace granero, pero ayuda al compañero”.


[1] Oxfam es una confederación internacional formada por 19 organizaciones no gubernamentales, que realizan labores humanitarias en 90 países. Su lema es «trabajar con otros para combatir la pobreza y el sufrimiento».

[2] Oxfam Media Brief – SP – Profiting From Pain, Davos 2022 Part 2.pdf. Consultado 23 mayo 2022.

[3] Margarita Saldaña. CARLOS DE FOUCAULD: LA SANTIDAD COMO VUELTA AL EVANGELIO. Pliego revista Vida Nueva. N° 3270. 14-2º mayo 2022, 26.

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