Este año la Cofradía del Nazareno conmemora los 75 años de su fundación. Para celebrarlo D. Alejandro Tena, el párroco de la iglesia de la Merced de Teruel, donde tiene su sede, ha organizado una Peregrinación a Tierra Santa del 5 al 12 de Octubre. En ella hemos participado un grupo de cristianos que estábamos interesados en vivir la experiencia de conocer, pisar, sentir, morar y rezar en aquellos lugares donde trascurrió toda la vida de Jesús.
Hemos visitado Nazaret donde tuvo lugar la Anunciación a su madre María y transcurrieron su infancia así como su vida oculta, Ein Karem pueblo al que fue a visitar María a su prima Santa Isabel y donde nació su primo Juan El Bautista, Belén pueblo en el que nació Jesús y Caná donde se conmemora del primer milagro de Jesús. Allí los matrimonios renovaron sus promesas de boda. En el Rio Jordán donde se bautizó Jesús y tuvo lugar el comienzo de su vida pública, renovamos las promesas del Bautismo, el Monte de las Bienaventuranzas que fue escenario del Sermón de la Montaña, Cafarnaum lugar donde comienzan las predicaciones de Jesús, el Mar de Galilea o Lago Tiberiades donde llamó a sus discípulos, Tagbha donde realizó el milagro de la Multiplicación de los Panes y los Peces, El Monte Tabor donde tuvo lugar la Transfiguración, El Mar Muerto, Betania donde visitó a sus amigos y resucitó a Lázaro y finalmente Jerusalem ciudad a la que fue a celebrar la Pascua con sus discípulos. Allí fue apresado y condenado a muerte, crucificado, colocado en un Sepulcro y posteriormente Resucitado. Atravesamos Magdala, patria de María Magdalena. Mujer que presenció estos hechos y fue también la primera en ver a Cristo resucitado y en comunicar la resurrección a los discípulos que estaban reunidos en el cenáculo.
Ha sido una experiencia inolvidable en la que se han creado fuertes lazos de amistad entre nosotros, ha reinado una buena convivencia y comunión entre todos, hemos fortalecido nuestra fe y nos hemos llenado del Espíritu que nos dará las fuerzas necesarias para llevar el mensaje de Jesús de amar a Dios y a los hermanos allá donde nos encontremos.
Eva Rubio
