Jesús, una vida apasionada por el Reino, por José Manuel Martínez

David López
17 de abril de 2025

Acción Social Católica ha puesto en marcha su III Ciclo de Conferencias de Pensamiento Cristiano bajo el lema «¿Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús en el Siglo XXI?», un espacio de reflexión profunda en torno a los grandes misterios de la fe cristiana. El ciclo, celebrado en el Centro Joaquín Roncal de Fundación Caja Inmaculada durante los martes de marzo, ha contado con voces autorizadas en teología, Sagrada Escritura y pensamiento cristiano. La primera de las conferencias, el pasado 4 de marzo, llevó por título «Jesús: Toda una vida apasionada» y corrió a cargo de José Manuel Martínez, sacerdote y profesor del Centro Regional de Estudios Teológicos de Aragón (CRETA).

Martínez propuso una lectura contemporánea de la figura de Jesús desde una clave histórica, teológica y existencial. «Parto, como en toda aproximación al conocimiento sobre Jesús, de la pregunta fundamental que él mismo plantea a sus discípulos: “Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?”». Esta interpelación, añadió, «no es sólo para los apóstoles, sino que es una pregunta universal» que atraviesa la historia y alcanza a cada creyente.

A partir de ahí, Martínez estructuró su ponencia en tres grandes ejes: el acercamiento histórico a Jesús, la relación de Jesús con el Reino de Dios, y cómo esa pasión se manifiesta en milagros y parábolas.

El conferenciante repasó los grandes hitos de la investigación histórica sobre Jesús, desde los enfoques racionalistas y escépticos del siglo XVIII hasta la postura actual, que reconoce que «no se puede abandonar la investigación sobre el Jesús histórico porque no existe separación real entre el Jesús de la historia y el Cristo de la fe». Y añadió: «Todo lo que tenemos sobre él tiene un filtro de amor y, en algunos casos, de odio, que transmiten esa memoria de su vida».

Martínez subrayó la relevancia de las fuentes, tanto cristianas como no cristianas. Desde Flavio Josefo hasta Tácito y Suetonio, pasando por los evangelios y las cartas de Pablo, «todos coinciden en que Jesús existió, vivió y generó un impacto incuestionable». Precisó también que «la vida de Jesús no es una invención mítica o filosófica», sino que está «congruente con el momento histórico en que vivió».

A partir de esta base, centró su reflexión en lo que definió como «la gran pasión de Jesús»: el Reino de Dios. Esta idea, profundamente arraigada en la tradición judía, alcanza en Jesús una nueva profundidad. «Jesús se identifica con la promesa del Reino y con su cumplimiento. En otras palabras, el Reino de Dios ha comenzado en él mismo», afirmó.

Para entender esta pasión, Martínez se apoyó en la oración del Padre Nuestro, donde se expresa la experiencia filial de Jesús con Dios: «Padre, santificado sea tu nombre, venga tu Reino». Esta relación, explicó, «no es externa como la nuestra, sino interna, esencial. Jesús la vive desde dentro».

Desde ahí, toda su vida, sus gestos, sus enseñanzas y sus decisiones cobran sentido. «Jesús no solo anuncia el Reino, lo inaugura y lo manifiesta», subrayó Martínez. Por ello, los milagros y las parábolas no son simplemente pruebas o historias edificantes, sino «epifanías del Reino».

Sobre los milagros, explicó que «no se trata de una demostración del Reino de Dios, sino de una mostración», nacida del amor y la compasión. Y añadió: «Jesús actúa porque ve las consecuencias de la falta del Reino: sufrimiento, injusticia, enfermedad. Por eso, el primer paso es siempre un movimiento del corazón».

En cuanto a las parábolas, el ponente destacó su carácter provocador: «Buscan que el oyente se implique, que se posicione. No basta con escuchar: hay que entrar en la lógica del Reino». Y añadió: «Si las parábolas describen el Reino de Dios, y Jesús es el Reino, entonces también describen a Jesús».

Martínez cerró su intervención recordando que «la vida de Jesús entera es una parábola del Reino», especialmente en su comensalidad, en su forma de compartir mesa con todos, sin distinción. «El Reino de Dios no discrimina, todos son invitados», dijo. Y concluyó: «La consecuencia de esta vida apasionada por el Reino es su propia muerte, aceptada como consecuencia de su modo de vivir. Pero eso, nos lo contarán la próxima semana».

Con esta ponencia, el ciclo de conferencias arrancó con una sólida base teológica y una profunda invitación a contemplar la figura de Jesús no solo como objeto de estudio, sino como una experiencia transformadora. La próxima cita será el 11 de marzo con Estela Aldave Medrano, quien hablará sobre el sentido de la muerte de Jesús como entrega personal.

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