Los sacerdotes de la Diócesis de Tarazona han tomado parte hoy, Martes Santo, en la celebración de la Misa Crismal en la S.I. Catedral de Ntra. Sra. de la Huerta. Presidida por el obispo de Tarazona, Mons. Vicente Rebollo, en ella ha participado también el obispo emérito, Mons. Eusebio Hernández Sola.
Con un numeroso grupo de fieles, entre los que se encontraban religiosas y ex-alumnos del colegio diocesano de la Sagrada Familia, la celebración ha comenzado con la entrada de los sacerdotes en el templo, mientras cantaban “Pueblo de Reyes”, cerrando la comitiva el obispo y el obispo emérito. Una vez que se han colocado todos en el presbiterio y en los primeros bancos de la nave central, ha dado inicio la eucaristía, con unas palabras a modo de saludo a los presentes de Mons. Eusebio Hernández Sola y para informar de que hoy era el cumpleaños de don Vicente y del aniversario de la reapertura de la S.I. Catedral.
Don Vicente ha comenzado su homilía teniendo unas palabras de recuerdo para los que no han podido asistir por diversos motivos y para los hermanos sacerdotes que están ejerciendo sus labores pastorales en Cochabamba y en China. El prelado ha agradecido la presencia del pueblo fiel que ha querido acompañar en esta significativa celebración a los presbíteros.
El obispo de Tarazona ha destacado las partes fundamentales de la Misa Crismal: la renovación de las promesas sacerdotales, “que todos hicimos un día ante el obispo y que significa la unidad entre los sacerdotes”, y la consagración del crisma y de los santos óleos, “que usaremos en la celebración de los sacramentos, para llevar la salvación de Cristo a todos los hombres y como expresión de nuestro compromiso de entrega y servicio a todos, a imagen de Jesús”.
El prelado ha exhortado a los sacerdotes a sentir en su interior “la alegría de nuestra vocación, el agradecimiento a Dios por haber sido elegidos, la humildad del que se siente un siervo inútil y la disponibilidad del que se siente enviado para la misión”. Les ha recordado que la promesa que renovaban estaba “envuelta en un clima de amor” y que “sólo viéndola así, llenará nuestra vida y nos hará útiles a la Iglesia”.
Ante las dudas que pueden surgir sobre si un hombre “débil y pecador” puede serle siempre fiel al Señor, el obispo de Tarazona ha respondido con un rotundo sí, ya que Dios siempre procura herramientas necesarias a quien llama para una tarea. En su homilía también ha querido infundirles ánimos al señalar que existen más medios para que esa fidelidad no decaiga, como la confianza en uno mismo, y les ha recordado que el Señor los quiere a cada uno como son. “Si El confía en ti, ¿no es suficiente motivo para que tú confíes en ti mismo?, ha añadido. El otro medio al que ha hecho referencia para conservar esa fidelidad es la pertenencia al propio presbiterio, el tenerse los unos a los otros a pesar de las diferencias que puedan existir y les ha animado a valorar y tener en cuenta las muchas cosas que hacen juntos, como la celebración de la Misa Crismal de hoy en la que unidos renuevan sus promesas.
El obispo de Tarazona ha invitado a los sacerdotes a vivir este día desde el agradecimiento a Dios y a vivir su compromiso sacerdotal “desde la santidad y el martirio”. Ha finalizado su homilía con el deseo de que en este Año Jubilar, “seamos ministros dispensadores de la esperanza que este mundo necesita».
Después, los presbíteros han renovado sus promesas sacerdotales en las que han expresado la comunión con su obispo y han pedido al Señor que siga infundiendo la fidelidad y perseverancia en todos ellos.
En esta solemne eucaristía se ha consagrado también el Crisma y se han bendecido los óleos que serán usados para impartir los sacramentos. El Santo Crisma servirá para ungir a los bautizados, a aquellos que se confirman y para consagrar a los sacerdotes, templos y altares. El Óleo de Catecúmenos se utiliza en el Bautismo como signo de la fortaleza de Cristo y el de Enfermos es el exclusivo para la Unción de Enfermos, con el que se pide por su salud física y espiritual.
Tras la celebración, los sacerdotes han disfrutado de una comida de hermandad en el Seminario de Tarazona.