Decálogo del Papa Francisco para los deportistas

Ascen Lardiés
18 de junio de 2018

No os comáis la pelota, patead siempre hacia delante o que jueguen todos podrían ser las instrucciones del entrenador de alguno de los 32 equipos que están ya jugando el Mundial de Rusia y, sin embargo, forman parte de un decálogo extraído de las múltiples ocasiones en las que el Papa Francisco ha hablado del deporte como un espacio de encuentro y fraternidad. Los recordaba el obispo de Barbastro-Monzón, Ángel Pérez, invitado el pasado 14 de junio a la III Gala Premios Valores Deportivos que organiza la empresa barbastrense, Gráficas Barbastro, en colaboración con la Asociación Deportiva Fútbol Base.

“El deporte, aseguró ante el medio millar de deportistas, entrenadores, directivos, autoridades y familiares que asistieron, es la escuela de la excelencia, de lo sublime, de lo bello, de lo más noble…; donde se interiorizan valores más humanos y divinos”. Esfuerzo, generosidad, equipo, compañerismo, alegría, lucha, unión o familia son términos asociados a la práctica de una actividad que iguala a quienes la practican “frente a la cultura del individualismo y el descarte generacional”.

En el terreno de juego, en la pista, cuando suena el silbato y el tiempo comienza a contar, “las personas se encuentran sin distinción de razas, sexo, religión o ideología”, afirmó. La práctica deportiva constituye entonces un espacio privilegiado “donde se puede experimentar la alegría de competir por alcanzar una meta todos juntos; donde todos formamos un equipo, en el que los éxitos se disfrutan y las derrotas se superan con la ayuda de los demás”. Por eso, añadió “la victoria más hermosa es la de superarse a sí mismos”.

El decálogo, que se abre con el mensaje que envío el Papa Francisco con motivo de las Olimpiadas de 2016, recoge intervenciones del Santo Padre en un encuentro organizado por el Centro Deportivo Italiano, en una recepción a los jugadores del Juventus y el Milán, durante la Vigilia de oración con los jóvenes en Río de Janeiro, o en el discurso a las delegaciones nacionales de fútbol de Italia y Argentina,

 

DECÁLOGO DEL PAPA FRANCISCO

  1. ¡El deporte favorece la cultura del encuentro entre todos!
  2. Que vuestros dirigentes y entrenadores os den, sobre todo a los más desfavore­cidos, una oportunidad para expresaros y ser vosotros mismos.
  3. ¡No os comáis la pelota! Propiciad siempre el juego en equipo.
  4. ¡Que jueguen todos! No sólo los mejores.
  5. ¡Sed campeones, sobre todo, en la vida!
  6. El éxito del equipo es la conjunción de una serie de virtudes humanas: lealtad, amistad, solidaridad, diálogo, colaboración, entrega… valores espirituales que se cristalizan en actitudes deportivas.
  7. ¡Haced siempre una oración en silencio, todos! Pensad en el equipo, en vuestros compañeros de juego, en vuestros entrenadores, en vuestras familias, en los árbitros. Pedile a la Virgen que bendiga a todos.
  8. Cuando se suda la camiseta tratando de vivir como cristiano, experimentaréis que nunca estáis solos. Que formáis parte de una gran familia.
  9. ¡Sean protagonistas! ¡Pateen siempre hacia delante! No se metan en la cola. Construyan un mundo mejor.
  10. ¡Promuevan el deporte auténtico! Compórtense siempre como si fueran «aficionados» para evitar el peligro de la discriminación, para que desaparezca la violencia en la cancha y se vuelvan a poblar las tribunas con vuestras familias.

 

 

 

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