#20j Abramos las puertas de Europa

Francisco José Pérez
13 de junio de 2018

El 20 de junio celebramos el Día Internacional de las Personas Refugiadas, momento para reivindicar, desde distintas organizaciones sociales de Zaragoza, la necesidad de desbloquear la coyuntura de estancamiento y abandono que afecta a millones de personas refugiadas en el mundo, y manifestar la preocupación por el declive del interés mediático y social acerca de esta situación.

Si en 2015 las imágenes de la llegada de personas refugiadas a las puertas de Europa abrían informativos y copaban portadas de prensa, hoy, tres años más tarde, la problemática del derecho al refugio se ha caído de la agenda de medios y desaparecido del interés de la sociedad e instituciones. Sin embargo, no hay evidencias de que la situación haya cambiado, ni las causas que llevan a millones de personas a huir, como la guerra, la violencia generalizada, la persecución por motivos religiosos o políticos, por género o por orientación sexual, entre otras, hayan desaparecido.

Alcanzar la frontera de Europa sigue siendo un ejercicio arriesgado y peligroso, cargado de violencia, miseria y vulneración de derechos, quedando las personas a merced de las redes de tráfico y trata de seres humanos. Este año, además, cabe insistir en los mayores peligros y riesgos a los que se enfrentan las mujeres refugiadas: violencia física y sexual en el viaje; trata y formas específicas de persecución que las obligan a escapar: matrimonio forzoso, mutilación genital, persecución por motivos de género, etc. Formas de violencia sobre las mujeres por el hecho de serlo.

También es ocasión para reclamar la urgencia de la creación de vías seguras de llegada a los países de asilo, con el fin de garantizar el derecho al refugio. Se hace incomprensible que a día de hoy no existan rutas seguras y legales para la llegada a Europa de personas refugiadas, que se ven obligadas a poner en riesgo su vida y la de sus familias. La frontera sur de Europa se ha convertido en un lugar donde se vulneran a diario derechos fundamentales tan básicos como el derecho a la solicitud de asilo o a la vida. No podemos dejar de recordar en este día a las (al menos) 636 personas que han muerto intentando acceder a territorio europeo durante este 2018. Ya son más de 20.000 en los últimos 20 años.

Como sociedad defensora de los derechos humanos y las libertades, tenemos que alertar sobre la deriva xenófoba que se observa en algunos países de la Unión Europea, donde los mensajes de odio hacia la población refugiada están alcanzando cada vez mayores niveles. Por todo ello, es necesario que desde la ciudadanía y los poderes públicos se continúe apoyando a las personas con necesidad de encontrar protección, exigiendo a las autoridades que tomen medidas urgentes que desbloqueen la difícil situación de las personas refugiadas y migrantes.

Asimismo, hay que multiplicar los esfuerzos y recursos para que desaparezcan las causas que obligan a las personas a huir de sus países, a través de la resolución dialogada y efectiva de los conflictos en curso; de la promoción de la democracia y de los derechos humanos y de la actuación decidida y real para acabar con la pobreza y con las grandes desigualdades sociales existentes en el mundo.

Estamos llamados a construir una sociedad respetuosa e igualitaria en la que se respeten los derechos de todas las personas y que, de manera simbólica, ese día 20 se he propuesto agitar llaves para que se escuche que nuestra ciudad quiere abrir las puertas de Europa.

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