Unos 200 participantes llegados de los cinco arciprestazgos de la Diócesis de Tarazona tomaron parte ayer, sábado 15 de marzo, de la tradicional Javierada, que comenzó en la S.I. Catedral, donde fueron convocados para el envío realizado por el obispo diocesano, Mons. Vicente Rebollo.
Al llegar a Javier, «sin sentir el cansancio y agradeciendo a Dios el buen clima», como relata el delegado de Juventud, César Gómez, algunos participantes realizaron el sacramento de la Confesión y otros se dedicaron a buscar un sitio para la Eucaristía, presidida por el arzobispo de Pamplona y Tudela, Mons. Florencio Roselló, que mostró su grata sorpresa ante el incremento de peregrinos año tras año, una realidad que sucede también en nuestra Diócesis de Tarazona.
Después de la misa, la despedida se hizo en el mosaico de San Francisco Javier donde se dio gracias a Dios y se pidió la intercesión del gran santo misionero, patrón de la Juventud, por otro año en el que ha participado la Diócesis de Tarazona en esta peregrinación y por la oportunidad de compartir como Iglesia diocesana que peregrina hacia la eternidad.
«Agradecemos a todos los sacerdotes por su motivación a las familias y grupos parroquiales para participar en la Javierada y a las comunidades religiosas de vida contemplativa y de vida activa que nos acompañaron con su oración, para que esta peregrinación diocesana fuera de fortaleza espiritual para los peregrinos», concluye César Gómez.
Además del obispo de la diócesis y del delegado de Infancia, Adolescencia y Juventud también participaron y celebraron la Javierada 2025 el vicario general, don Javier Bernal, el sacerdote don Henry Medina, del arciprestazgo del Bajo Jalón, familias de los cinco arciprestazgos de la diócesis, niños y jóvenes de ACG y alumnos del Colegio de Santa Ana y del instituto de Calatayud,
Desde la delegación de Infancia, Adolescencia y Juventud agradecen asimismo al deán de la S.I. Catedral de Tarazona, don Ignacio Tomás, la acogida al inicio de la peregrinación.