20 años de la Universidad San Jorge

Carlos Escribano Subías
21 de febrero de 2025

Hace 75 años, muchas familias llegaron al barrio de las Delicias de Zaragoza con el sueño de una vida mejor, dejando atrás sus lugares de origen. El camino para ellas contaba con algunos obstáculos, como la falta de conocimientos técnicos necesarios para obtener un oficio en la ciudad. Para dar respuesta a esta necesidad social, la Iglesia de Zaragoza, a través de la Parroquia de San Valero, creó en 1952 la Primera Escuela Profesional de lo que hoy es el Grupo San Valero. Han pasado muchos años, pero aquel espíritu fundacional sigue vivo de algún modo en la Universidad San Jorge, que forma parte del Grupo San Valero, y de la que se cumplen 20 años de su aprobación en las Cortes de Aragón. La Universidad San Jorge nació gracias aquel ideal de la Iglesia diocesana de Zaragoza: hacer de esta sociedad un lugar mejor.

Algunos datos que me gustaría compartir reflejan con exactitud cuál ha sido la influencia directa de la Universidad San Jorge en nuestra sociedad en estos 20 años: en diciembre de 2024 están cursando estudios de grado, posgrado y doctorado más de 4.600 alumnos; se han creado casi 700 puestos de trabajo en estas dos décadas; en este tiempo se han formado más de 8.000 estudiantes con un altísimo nivel de empleabilidad. Y cabe destacar, en función de la identidad de la institución, el haber destinado más de 6 millones de euros a becas, lo que representa más del 10% del gasto anual. Pero junto a esa realidad social que se ha ido consolidando con el paso de los años, está también la identidad que la sostiene, basada en el humanismo cristiano y en las propuestas del Evangelio.

Dicha identidad se ha visto iluminada en la última década por las enseñanzas del Papa Francisco, que se ha dirigido en diversas ocasiones al mundo universitario y especialmente a las Universidades católicas o de inspiración cristiana. Valgan dos breves citas que estoy seguro que se convierten en estímulo y reto para nuestra querida Universidad. En primer lugar decía a una Universidad de Filadelfia en 2018: “Las universidades, por su naturaleza, están llamadas a ser laboratorios de diálogo y de encuentro al servicio de la verdad, de la justicia y de la defensa de la dignidad humana en todos los niveles”. Laboratorios de diálogo que ayudan a superar experiencias sociales de fragmentación, a procurar espacios insospechados de encuentro y a poner en el centro a la persona humana. Y una segunda cita sacada de su discurso al mundo de la cultura en Cerdeña en 2013 en la que recordaba a las universidades presentes: “no tengáis temor a abriros también a los horizontes de la trascendencia, al encuentro con Cristo y a profundizar en la relación con Él. La fe no reduce jamás el espacio de la razón, sino que lo abre a una visión integral del hombre y de la realidad, y defiende del peligro de reducir el hombre a «material humano»”. Dos subrayados profundos y estimulantes para nuestra Universidad.

Muchas felicidades a la Universidad San Jorge por este vigésimo aniversario y a todo el grupo San Valero. Que sigan siendo muchos los frutos de evangelización que se obtengan de tanto esfuerzo. A vuestros santos titulares se lo pedimos.

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