Este domingo, 2 de marzo, la Iglesia celebra el Día de Hispanoamérica para que sintamos un poco más cerca a esos pueblos hermanos a los que nuestros misioneros llevaron el anuncio del Evangelio después de su descubrimiento y en el que actualmente hay más de 4.000 misioneros.
El lema para este año es “Historia de Esperanza”, recordando cómo la fe ha sido y es motor de esperanza para todas las personas del continente americano. Los misioneros, al llevar el Evangelio, han sembrado aquellas tierras de la esperanza que es Cristo para sus vidas. Él nos ha redimido, nos hace hijos del mismo Padre, hermanos todos y enviados a transmitir esperanza. Su labor es en favor de la fe y del desarrollo de los pueblos, porque seguir a Cristo supone un compromiso por el bienestar y el futuro de todos. Cada misionero que allí acude es un sembrador de esperanza en el corazón de las personas. Transmitir la fe es fortalecer el compromiso en favor de una vida mejor para todos.
“América Latina es el ‘continente de la esperanza’ porque de ella se esperan nuevos modelos de desarrollo que conjuguen tradición cristiana y progreso civil, justicia y equidad con reconciliación” Así define el Papa Francisco a Hispanoamérica, siempre que se siga anunciando el Evangelio seguirá habiendo esperanza en el continente y los pueblos que se separan de él vemos cómo también se apartan del verdadero desarrollo humano para entregarse a otras ideologías que esclavizan al hombre.
Ante las muchas dificultades que sufren las personas del continente, tenemos que afirmar, como nos indica el cardenal Prevost en su mensaje de este año, “la fe cristiana ha introducido en el corazón de las personas y de las culturas algo que resulta irreductible al mero optimismo: la certeza de que Jesucristo ha vencido ya la muerte, a la esclavitud y al pecado”.
La fe, prolongada a través de la esperanza, fue el motor que lleva a muchos misioneros a entregar su vida para anunciar la salvación de Jesucristo en aquellos pueblos. La fe sigue moviendo a los misioneros y a los creyentes a seguir evangelizando y, hacer crecer los valores evangélicos; por la fe dieron y siguen dando su vida. A pesar de los siglos transcurridos, falta mucho Evangelio y mucha convivencia en América. Falta libertad y mucho desarrollo y sobra persecución a los cristianos en varios lugares. Ojalá nunca falten misioneros ni cristianos comprometidos, ni apoyo de todas las naciones, para que el progreso y la evangelización avancen.
España ha ayudado a extender el Evangelio en Hispanoamérica y ahora Hispanoamérica ayuda a extender el Evangelio en nuestro país. Hemos enviado misioneros y ahora nosotros recibimos al clero que nos ayuda. Entre nosotros tenemos actualmente 21 sacerdotes de este continente, dos de los cuales están en nuestra misión de Cochabamba. Las personas que han emigrado y están aquí con nosotros nos regalan la piedad, su sentido religioso, la vivencia de la fe.
Pedimos a María, Nuestra Madre, Modelo de Evangelización, que proteja a todos los misioneros y a todos los pueblos hermanos de Hispanoamérica para que siga creciendo allí la esperanza cristiana.
+Mons. Vicente Rebollo Mozos.
Obispo de Tarazona