Fui invitada por la delegación de Apostolado seglar al Congreso de Vocaciones y doy gracias a Dios porque Él me llamo, estoy segura. Tuve dudas después de haber dicho que sí porque no me gusta las multitudes pero Él que me ama me llamaba, nos llamaba a todos los presentes.
El Espíritu Santo estuvo con todos nosotros. La vigilia del viernes noche fue divina, tres mil personas en silencio adorando a Jesús que estaba con nosotros.
Me encantó el taller de vocación en las redes sociales porque este medio de evangelizar toca el corazón de los que están en las redes y se nota la sed de Dios en la sociedad actual. Remamos a contra corriente y Paula Vega lo sabe, pero merece la pena porque si somos mensajeros o testigos de Dios, debemos ser valientes y no tener miedo de anunciar que la eucaristía es vida, que la Biblia es un tesoro, que con Dios a nuestro lado todo es más fácil. No podemos guardar por nosotros esta experiencia este Amor del Señor que hemos recibido y debemos ir a incendiar el corazón de los demás.
Me llevo el testimonio de la chica que quiso como regalo de cumpleaños que su novio se confesara y al final el novio recibió un regalo en la reconciliación con Dios. La oración y la fraternidad fueron muy presentes en el Congreso. La fraternidad, tan importante para el padre Larrañaga, fue grande entre todos, religiosos, laicos, movimientos. Debemos continuar remando todos en la misma barca por la gloria de Dios.
