Manos Unidas lanza su Campaña contra el hambre de 2025 bajo el lema Compartir es nuestra mayor riqueza. El proyecto pone en valor la «cultura del compartir» y destaca su necesidad a la hora de combatir la pobreza y construir un mundo mejor. Además, este es el tercer año del Quinquenio 2023-2027: El reto de la dignidad, donde la ONG de la Iglesia Católica se centra en la idea de «compartir la prosperidad para erradicar la pobreza, el hambre y la desigualdad»
La ONG invita a todas las personas a colaborar en esta labor y apoyarla con oración y donativos. En cuanto a la campaña, el viernes 6 de febrero tendrá lugar el día del Ayuno Voluntario. El domingo, las iglesias de todo el país llevarán a cabo la colecta referente a la Campaña contra el hambre.
Ante esta campaña, Manos Unidas se propone dos retos. El primero es transmitir un nuevo mensaje de prosperidad, donde no solo tiene importancia el crecimiento económico sino también el bienestar de cada individuo. La ONG lamenta que el progreso y la riqueza no llegan a los más pobres. Por eso, con la campaña busca que la prosperidad alcance todos los niveles de la sociedad.
Atendiendo a esta visión, el segundo reto consiste en apoyar las iniciativas que proponen un modelo de economía social que lucha contra la «cultura del descarte». Es decir, una economía que ponga a la persona en el centro. Todo esto no se podría llevar a cabo sin un plan real y concreto. Por ello, Manos Unidas propone la «Economía de Francisco» como hoja de ruta.
La «Economía de Francisco»
Esta economía hace referencia a San Francisco de Asís y está apoyada en sus enseñanzas y las del Evangelio. La «Economía de Francisco» plantea tres objetivos principales: la inclusión de los más pobres en la estructura económica, la creación de riqueza comunitaria a través diversas iniciativas y la presencia de la «cultura del encuentro», que respeta las particularidades de cada pueblo y prioriza la justicia social y medioambiental. En ese camino, la «Economía de Francisco» presenta doce principios:
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Una economía de paz y no de guerra
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Una economía que se opone a la proliferación de las armas, especialmente las más destructivas
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Una economía que asume el cuidado de la creación y no la saquea
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Una economía al servicio de la persona, de la familia y de la vida, respetuosa de cada mujer, hombre, niño, anciano, y sobre todo de los más frágiles y vulnerables
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Una economía donde el cuidado sustituya al descarte y la indiferencia
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Una economía que no deja atrás a nadie, para construir una sociedad en la cual, las «piedras» que la mentalidad dominante descarta, se vuelvan «piedras angulares»
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Una economía que reconozca y tutele el trabajo digno y seguro para todos, especialmente para las mujeres
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Una economía donde las finanzas sean amigas y aliadas de la economía real y del trabajo, y no estén en su contra
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Una economía que sepa valorizar y preservar las culturas y tradiciones de nuestros pueblos, todas las especies vivientes y los recursos naturales de la Tierra
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Una economía que combata la miseria en todas sus formas, que reduzca las desigualdades y sepa decir con Jesús y Francisco «dichosos los pobres»
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Una economía guiada por la ética y abierta a la trascendencia
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Una economía que cree riqueza para todos, que genere alegría y no solo bienestar, porque una felicidad que no se comparte, es una felicidad incompleta
Campaña contra el hambre: datos de desigualdad
Para visibilizar esta realidad contra la que luchan, Manos Unidas destaca que cada vez es mayor la desigualdad en términos de ingresos y riqueza. En concreto, señala que más del 70% de la población mundial vive esta situación. Mediante datos de Credit Suisse, la ONG también evidencia que casi el 50% de toda la riqueza está en manos del 1,5% de la población mundial. Por el contrario, las personas más pobres —40% de la población mundial— solo dispone de un 0,5% de esa riqueza global.
En este sentido, Manos Unidas resalta la situación de pobreza multidimensional extrema que viven 1200 millones personas en 110 países del mundo, la mayoría en África Subsahariana y en el sur de Asia. En cuanto al acceso a recursos básicos de agua potable, comida y saneamiento, los afectados son más. 3600 millones de personas carecen de acceso al saneamiento, 2000 millones al agua y 733 millones pasan hambre.
1200 Millones de personas en situación de pobreza extrema
160 Millones de niños afectados por trabajo infantil
281 Millones de migrantes internacionales
Además, la ONG denuncia otras situaciones de desigualdad que afectan a los menores. En el caso del trabajo infantil, son 160 millones los niños afectados por esta realidad. Otros 250 millones de menores están sin escolarizar. Manos Unidos también subraya que cerca de 50 millones de personas viven esclavizadas.
Por último, destaca otros datos de la Organización Internacional para las Migraciones que muestran una situación crítica en esta materia. La información señala que en todo el mundo hay 281 millones de migrantes internacionales y 71,2 millones de desplazados internos. Además, el número de refugiados supera los 40,7 millones.