Carta del domingo del obispo de Tarazona para el domingo, 2 de febrero – Peregrinos y sembradores de esperanza

Vicente Rebollo Mozos
31 de enero de 2025

Este domingo, coincidiendo con la festividad de la Presentación de Jesús en el Templo, celebramos la XXIX Jornada Mundial de la vida consagrada. En el contexto de este año jubilar el lema es “peregrinos y sembradores de esperanza”, ocasión para renovar la entrega y consagración al Señor configurándose cada día con Cristo por medio de la fidelidad a los votos de pobreza, castidad y obediencia, a la vida de comunidad y a su carisma y así, podréis ser sal y luz para el hombre de hoy y fortaleza para nuestra Iglesia.

La vida religiosa es parte esencial de la misión evangelizadora de la Iglesia, extendiendo la obra redentora de Cristo a todas las personas, incluso si esa vida religiosa se desarrolla dentro de un monasterio de clausura. La fuerza evangelizadora es la misma, siempre que sean fieles al Espíritu y al mensaje del Evangelio.

En el evangelio de hoy contemplamos a los ancianos Simeón y Ana como ejemplo de esa espera confiada y constante búsqueda del Mesías. Abiertos al don del Espíritu, nos muestran el objetivo de la esperanza, ver al Señor.

La Primera parte del lema de esta jornada nos habla de peregrinar, que es buscar, es avanzar constantes hacia la meta, es querer levantarse y superarse en cada momento uniendo todas las fuerzas, sumando todos los esfuerzos para vivir cada día más apoyados en el amor salvador de Cristo por el que alcanzaremos la vida eterna.

Hermanos religiosos, debéis peregrinar apoyados siempre en la misericordia de Dios, en su amor, que nos sostiene siempre; en la certeza de que nada ni nadie podrá separarnos del amor de Dios (Rm 8, 39). Os pedirá paciencia y confianza, crecer en esas virtudes es peregrinar en la esperanza. Un año jubilar es una llamada a profundizar en la confianza en Dios y a dejarnos renovar por su misericordia. Ojalá que lo aprovechéis así.

La segunda parte del lema habla de “sembradores de esperanza”, es una llamada al compromiso, crecer en la esperanza sembrando esperanza. Sembradores sin medida hasta la entrega total de vuestra vida. Necesitamos el testimonio de vuestra vida interior, que crece apoyada en el amor del Amado. En nuestra sociedad actual que sólo se mira a sí misma, llena de ocupaciones y prisas, es muy difícil crecer en la vida interior de Gracia.

Necesitamos también el testimonio de la oración, estar muchas veces a solas con el Amado; la eficacia y los frutos en la vida espiritual se consiguen a partir de la oración. Sembrar esperanza pide fidelidad al carisma que asumisteis al entrar en vuestra congregación, siguiendo el modelo de vuestros fundadores.

Necesitamos que sembréis esperanza, siendo comunidades vivas y jóvenes, a pesar de la edad, de espíritu joven; de corazones unidos, no solo de personas que viven juntas; crecer en fraternidad.

Sembrar esperanza es estar siempre en actitud de conversión continua sintiendo la insatisfacción pacifica de que mientras caminamos por esta vida, estamos en actitud de crecimiento espiritual.

Queridos hermanos agradecemos vuestro testimonio y trabajo en nuestra diócesis en la que no sois ni espectadores, ni asalariados, sino parte constitutiva de ella.

Feliz jornada.

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