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Los catequistas de la Diócesis de Tarazona celebran su encuentro y su jubileo

Marta Latorre
19 de enero de 2025

Los catequistas de la Diócesis de Tarazona celebraron ayer, 18 de enero, por la mañana su encuentro diocesano en el Seminario de Tarazona y por la tarde su Jubileo.

El Jubileo tuvo lugar en la Catedral de Ntra. Sra. de la Huerta, templo jubilar. El obispo de Tarazona, Mons. Vicente Rebollo, que también participó en el encuentro, recibió a los catequistas en la puerta de la S. I. Catedral de Tarazona junto a varios sacerdotes,  donde les dio la acogida como primer grupo en realizar el Jubileo 2025 en la diócesis. Seguidamente, se entró por la «Puerta del Jubileo» y en procesión por el templo se fue hasta el lugar donde se encuentra la pila de bautismo para renovar las promesas bautismales.  Después tuvo lugar la celebración de la eucaristía  en la capilla de San Andrés.

Don Vicente se dirigió a los catequistas en la homilía para recordarles que les ha tocado el don de «transmitir la fe a través de la catequesis» y que cuentan con la ayuda del Espíritu para que esa tarea «fructifique». El obispo ensalzó la labor del catequista porque lo que hacen es anunciar quien es Jesús y los definió como «cultivadores y sembradores del amor de Dios» porque son los encargados de sembrar la fe en los jóvenes. Asimismo les animó a mirar el logo del Jubileo, en el que varias personas «agarran» la Cruz. «Vivid así vuestra fe», les dijo, «agarrados a la cruz que hará que fructifique lo que sembráis en su nombre».
ENCUENTRO DIOCESANO DE CATEQUISTAS
Los catequistas dedicaron la mañana a escuchar dos charlas que corrieron a cargo de don Juan Carlos Carvajal, sacerdote y teólogo de la Universidad de San Dámaso.
En la primera el sacerdote se ocupó de la tarea misionera que se les ha encomendado a los catequistas de hacer cristianos y, para ello, les invitó a saber transmitir los contenidos, que vienen dados por Dios, de una manera que sean sentidos por los niños y jóvenes. El catequista «está al servicio de que la palabra de Dios encuentre eco en nuestra vida»,   les dijo. Para conseguirlo es necesario conocer el significado de los ritos y símbolos para así poderlos sentir. Por tanto, es necesario que los catequistas los conozcan a través de una formación que tiene que ser constante y que se adecúe al cambio de época en el que estamos inmersos.
En la charla también se puso de manifiesto que ser catequista no es sólo preparar para recibir los sacramentos de iniciación, sino que es un acompañamiento en el proceso espiritual de conversión del creyente y saber proporcionar una educación en las diversas dimensiones de la vida de la fe.

La segunda charla fue sobre la figura del catequista como alguien que está al servicio de Dios, que es el verdadero pedagogo, y que es la fuente y modelo de la pedagogía de la fe que desarrolla la Iglesia. Al mismo tiempo, el catequista aprende esta pedagogía de su propia experiencia de fe, virtud que nace del encuentro personal con Cristo. El ponente también resaltó la importancia del testimonio del catequista, que tienen que vivir bajo la luz y la gracia del Señor. Asimismo afirmó que los métodos para la catequesis son necesarios, pero  son tan solo instrumentos, y definió al catequista como «mediador entre Dios y las personas».

 

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