Transcurridas las fiestas navideñas, el bautismo del Señor, nos introdujo en el tiempo ordinario. Este domingo 19 de enero, el segundo domingo, celebramos en nuestra diócesis la Jornada de la Infancia Misionera bajo el lema “Comparto lo que tengo”. Este día tan especial nos invita a unirnos como Iglesia para apoyar a millones de niños que se benefician del trabajo misionero en todo el mundo. Porque en este día, y en tantos otros, la cuestión no es solo «dar cosas», sino «darnos» nosotros mismos; lo que somos, nuestra vocación, nuestra fe.
Infancia Misionera es una obra pontificia que involucra tanto a niños como a adultos en la misión de la Iglesia. Cada año, gracias a los donativos y las oraciones, se financian más de 2.700 proyectos en 1.127 territorios de misión. Estas iniciativas incluyen educación, atención sanitaria, evangelización y protección de la vida, beneficiando a más de cuatro millones de niños. Desde construir escuelas en aldeas remotas hasta equipar hospitales con colchones para pequeños pacientes, cada aportación contribuye a transformar vidas.
España destaca por su generosidad, liderando el ranking mundial de recaudación para el Fondo Universal de Solidaridad de Infancia Misionera. En 2024, desde nuestro país se financiaron 470 proyectos que ayudaron a más de 700.000 niños en 36 países.
Lo que hace única a esta obra es su enfoque en los niños: no solo como destinatarios, sino también como protagonistas. Actividades como catequesis, campamentos, concursos y talleres enseñan a nuestros pequeños a ser solidarios y a vivir la fe como pequeños misioneros. En palabras de su fundador, monseñor Forbin Janson, “los niños ayudan a los niños”.
La Infancia Misionera es una oportunidad para crecer en la fe, pero también para aprender valores fundamentales como la solidaridad, la empatía y el servicio a los demás. En un mundo que a menudo promueve el individualismo y la indiferencia, resulta trascendental que nuestros pequeños descubran la riqueza de vivir según el mandato del amor fraterno que nos dejó Jesús. Les animamos a compartir la alegría del Evangelio con sus compañeros y a vivir una vida marcada por la solidaridad, la generosidad y el amor a Dios y al prójimo. Este compromiso no solo enriquece la vida de nuestros niños, sino que también fortalece a nuestra comunidad eclesial y promueve la construcción de un mundo más justo y fraterno.
Este año, como comunidad diocesana, estamos llamados a participar activamente. Invito a las familias, catequistas y comunidades parroquiales a unirse a esta obra de amor y solidaridad, ya sea a través de la oración, los donativos o fomentando entre nuestros niños el espíritu misionero. Vuestro testimonio y vuestro acompañamiento son esenciales para que nuestros niños se sientan verdaderamente parte de la gran familia de la Iglesia y para que se conviertan en auténticos discípulos y misioneros del Señor
En esta Jornada de Infancia Misionera, renovemos nuestro compromiso con la misión de la Iglesia y con los más pequeños, compartiendo lo que tenemos y siendo testigos de la esperanza.
No dejes de visitar la página web: www.infanciamisionera.es.
Con mi afecto y mi bendición,
Ángel Pérez Pueyo
Obispo de Barbastro-Monzón