En las Clarisas de Monzón, el obrador de los mil panetones

Ascen Lardiés
20 de diciembre de 2024

En el obrador del Monasterio de las Hermanas Pobres de Santa Clara de Monzón trabajan a pleno rendimiento. Coordinadas por la hermana María del Carmen, y con la Navidad llamando a la puerta, completan pedidos, cestas y lotes de empresa, con unos productos artesanos que triunfan en los hogares. Y no solo en los de la Diócesis. Más de 80 panetones salieron ya camino de Madrid y saben que sus dulces han llegado, incluso, a Etiopía.

La producción de panetones, el producto estrella, rondará este año las mil unidades. Este postre tradicional italiano, que elaboran por cuarto año consecutivo, triunfa. Tiene una elaboración larga y lo sirven por encargo, aunque siempre hacen de más «por si alguien viene al torno», explica. A esta producción estrella le sigue, por demanda, el turrón de chocolate negro, que ha sobrepasado al de chocolate con leche, el favorito años atrás, y al de chocolate blanco. El polvorón, de avellana tostada, completa el podio de los postres navideños, entre los que no faltan tampoco el mazapán, los mantecados, los roscos de vino, las pastas de Navidad, empanadones- por encargo-, los turrones, además de chocolate, de yema, nuez y fruta.

Cada una de las pastillas se paletea de forma individual, a mano, por las hermanas que trabajan mañana y tarde en el obrador, e incorporan novedades «porque lo han ido demandando» como el turrón blando o las almendras rellenas de turrón blando. Estos días cuentan con la colaboración del resto de las religiosas para empaquetar, etiquetar, retractilar, porque todas tienen el carné de manipulador de alimentos y todas las manos son necesarias.








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