El curso avanza con rapidez. Permitidme que, en este precioso tiempo de Adviento que nos prepara para la Navidad y para la celebración del Jubileo de 2025, me detenga para compartir alguna inquietud sobre la concreción de nuestro plan diocesano VITA.
VITA tiene la marcada vocación desde su origen de introducir de modo efectivo a la pastoral diocesana en un proceso de conversión pastoral, como nos proponía el Papa Francisco desde el principio de su Pontificado (Cfr. Evangelli Gaudium 25 y ss.). Esa Iglesia en salida misionera (cfr. Evangelii Gaudium 20 y ss.) debe seguir conformando nuestra pastoral para dar respuesta a este complejo y apasionante momento evangelizador.
El nacimiento de VITA coincidió con la fase diocesana del Sínodo de la sinodalidad, que tuvo en nuestra diócesis una respuesta entusiasta y notable. Del trabajo realizado con las aportaciones de entonces, se pudieron establecer algunas líneas estratégicas que a lo largo de estos cursos han ido enmarcando nuestro trabajo pastoral.
En la Visita Pastoral que estoy realizando a las parroquias y comunidades de la diócesis, voy corroborando la necesidad de adentrarnos en esa conversión pastoral y misionera que nos ayude a abordar los retos que la Iglesia que peregrina en Zaragoza tiene que afrontar en este momento. Es cierto que las ocho líneas estratégicas propuestas originalmente resultaban un tanto complejas de aplicar en el día a día de la pastoral parroquial. Fruto de las aportaciones hechas en las sucesivas revisiones que han tenido lugar al final de cada curso, se ha ido mejorando la mecánica de trabajo y facilitando el hecho de que las parroquias y comunidades puedan elegir algunos de los aspectos que en cada línea se proponen como destacados, llegando a la elaboración del plan de este curso en el que se desmenuzan distintas prioridades. Estas además vienen acompañadas con algunos objetivos y acciones que pueden facilitar su asunción, puesta en marcha y evaluación, de acuerdo con las necesidades o prioridades que cada parroquia pudiese descubrir o necesitar.
Insistiendo en la idea ya expuesta al principio de curso de que no todos tenemos que hacer todo, pero si todos tenemos que hacer algo, es interesante que se pueda analizar el como estamos en nuestra parroquia, que retos tenemos para ser iglesia misionera, que pasos sencillos podríamos dar y como ponerlos por obra.
Un elemento inexcusable para acoger con sentido VITA pasa por reconocer de verdad nuestra necesidad de conversión pastoral y misionera. Sin ese ejercicio de reflexión y de deseo de ser más eficaces en la transmisión del evangelio, será difícil el que podamos dar pasos serios y significativos y nos introduzcamos en este proceso tan necesario.
Para ayudar en este camino, la Vicaría de Pastoral está acompañando ya a algunas comunidades, para que puedan realizar este trabajo y se ofrece también a quien lo necesite, para seguir apoyando la concreción de este proceso de conversión misionera.
Os animo a vivir con esperanza este tiempo de gracia. Seguro que nuestros retos pastorales, iluminados por nuestros procesos de conversión pastoral y misionera, se convierten, con la ayuda del Espíritu Santo, en tiempo de esperanza para muchos.