Cofrades y fieles llenaron ayer, 12 de noviembre, los bancos de la S.I. Catedral de Ntra. Sra. de la Huerta de Tarazona respondiendo así a la invitación de la Coordinadora de Cofradías de la ciudad la misa por el sufragio de las almas de los fallecidos a consecuencia de la DANA. Presidida por el obispo de la diócesis, Mons. Vicente Rebollo, y concelebrada por varios sacerdotes diocesanos y por el diácono, la eucaristía comenzó con una lectura a cargo de la presidenta de la Coordinadora en la que tuvo palabras de recuerdo para las víctimas a las que encomendó a distintas advocaciones de la Virgen, entre ellas a la de los Desamparados, precisamente patrona de Valencia. La misa estuvo cantada por el Coro de la Catedral.
En la homilía, don Vicente hizo referencia a las imágenes que tenemos de la tragedia y de las víctimas que a nadie «dejan indiferente» y que nos provoca el querer «estar cerca de ellos». «Como creyentes venimos a rezar, especialmente por los muertos, pero también por los vivos, por los que puedan necesitar mucho consuelo y para que puedan encontrar la ayuda material y espiritual que necesitan». El prelado puso de manifiesto palabras y pensamientos de muchas personas, «¿Por qué ha tenido que pasar algo así? ¿No podía haberse evitado? ¿Cómo damos consuelo? ¿Realmente, podemos hacer algo? Sí que podemos hacer algo», continuó el obispo de Tarazona, «porque la desesperanza no tiene que poder con nosotros. Tenemos que ser fuertes y confiar en el Señor, dejarnos consolarnos por Él para sentirlo muy dentro nuestro. El mal no tiene que tener la última palabra porque es más fuerte la voz de la esperanza, de la compasión y de la fe». «Confiad en el Señor», afirmó, «y tendamos la mano y abramos nuestro corazón a esa confianza en que Jesús nunca nos deja solos». «Ojalá no necesitemos de tragedias para ser luz en los demás», aseguró.