El Curso Superior de Conservación y Restauración de Retablos, organizado por la Fundación Santa María de Albarracín, se desarrolló desde el día 14 hasta el 31 de octubre.
Bajo la dirección de los docentes Isabel Castro Soteras e Ignacio Barceló Blanco-Steger, el alumnado trabajó en la restauración de dos retablos góticos de la provincia de Teruel: el de Santa Águeda de la localidad de Villar del Salz y el de San Cristóbal, procedente de Cosa.
La intervención en el retablo de Villar del Salz, que comenzó en el curso anterior, fue especialmente compleja, debido a su comprometido estado de conservación. La restauración requirió la eliminación de múltiples capas de repinte de carácter plástico, que ocultaban la calidad original de la obra. Los técnicos participantes aplicaron diversas metodologías de limpieza, utilizando geles químicos adecuados para cada técnica y material, logrando así rescatar los detalles decorativos ocultos.La precisión y meticulosidad en cada intervención fueron fundamentales. Los alumnos mostraron un sólido conocimiento histórico-artístico y matérico, lo que permitió recuperar el cromatismo y la estética originales del retablo. En este momento, se está llevando a cabo el estucado y la reintegración cromática, con el objetivo de lograr una unidad estética que realce el valor del patrimonio. Además, se está trabajando en el guardapolvo, que presentaba serios problemas estructurales que requirieron su desmontaje y corrección. Un nuevo sistema de ensamblaje garantizará la estabilidad estructural necesaria para su preservación.
En paralelo, el alumnado abordó la consolidación, limpieza y protección del retablo de San Cristóbal de Cosa, que presentaba serias patologías. Grandes áreas de la capa pictórica desaparecieron, dejando lagunas de madera vista, aunque algunos detalles, como los nimbos y los colores de la indumentaria, conservaron su integridad. La humedad generó tanto estas lagunas como una falta de cohesión en la capa de preparación.
Las dos obras se encontraban en malas condiciones. En estas tres semanas, el impecable trabajo realizado por los alumnos consiguió poner en valor estos retablos a los cuales el paso del tiempo había deteriorado.