Opinión

Juan Ramón Royo García

La devoción al Sagrado Corazón en Zaragoza

25 de octubre de 2024

El papa Francisco ha publicado la encíclica Dilexit nos sobre el amor humano y divino del Corazón de Jesucristo, teniendo presentes los 350 años de las primeras apariciones a santa Margarita María de Alacoque en Paray-le-Monial en 1673. Es una ocasión para recordar los orígenes y desarrollo del culto  al Sagrado Corazón en la diócesis de Zaragoza.

Esta devoción llegó a España con bastante retraso, de mano de los jesuitas, que siempre han estado estrechamente vinculados a la misma. Fue en 1733 cuando se predicó el primer sermón en su honor en Bilbao, se fundó su primera cofradía en Lorca y el beato Bernardo de Hoyo recibió la Gran Promesa sobre el reinado del Sagrado Corazón en España. En Zaragoza su difusión se realizó a través de impresos y de las cofradías. En Zaragoza en 1735 el dominico José García de Fulla publicó su Compendio de la verdadera devoción al Sagrado Corazón de Nuestro redemptor Jesús, que le ocasionó críticas por propagar una devoción extraña a su orden, promotora de las cofradías del Rosario y del Nombre de Jesús; otro dominico, Antonio Garcés, escribió un novenario a los Corazones de Jesús y de María, que quizá sea el Novenario a los amabilísimos, y dulcísimos corazones de Jesús, y de María escrito por un devoto publicado en 1745 y del que solo se conoce un ejemplar en el Archivo Municipal de Huelva. El benedictino Bernardino Antonio Echeverz, que fue abad de San Juan de la Peña ente 1745-1760, también dio a la imprenta en 1735 el Devotísimo novenario al Sagrado Corazón de Jesús sacado del Tesoro escondido en el Corazón de Jesús y de 1750  es el Sermón panegírico místico y moral del Deífico y amoroso Corazón de Jesús, nuestro misericordioso Redemptor, del franciscano Fray Basilio Iturri de Roncal. También penetró la devoción en conventos femeninos de clausura: así Sor Luisa Herrero del Espíritu Santo, clarisa de Valdealgorfa (1711-1777) compuso un Laberinto devoto al Sagrado Corazón de Jesús.

La difusión de sus congregaciones se puede conocer a través de los Registros de Decretos del Vicariato General existentes en el Archivo Diocesano. Fueron promovidas por diferentes jesuitas, destacando Pedro de Calatayud. Entre 1741 y 1752 se conocen cofradías establecidas en Zaragoza, Maella, Trasobares, Daroca, Loscos, Ojos Negros, Mezquita de Loscos, Villarroya de los Pinares y Fuentesclaras. Se observan diferencias entre las fundadas por citado religioso, abiertas a todos, sin número fijo de cofrades, de otras que establecen un número fijo y que hacen referencia a las visiones de Santa Margarita María de Alacoque y a su precedente, santa Gertrudis. 

Esta devoción sufrió las consecuencias de la expulsión jesuita de 1767, aunque en menor medida que la dirigida a la Virgen de la Luz, pero luego, a partir de la restauración de la Compañía en 1814, se produjo una fuerte expansión. En 1844 se fundó el Apostolado de la Oración, que en España se introdujo en 1865 y que solo a partir de 1883 pasó a estar dirigido por los jesuitas. En Zaragoza su culto se ha manifestado en los tres templos sucesivos puestos bajo su advocación. 

El 26 de Julio de 1884  la Junta directiva del Apostolado de la Oración y Pía Unión del Sagrado Corazón de Jesús se dirigió al arzobispo haciendo constar que su sede en San Felipe era insuficiente para el culto y solicitó su traslado a la iglesia del antiguo convento dominico de San Ildefonso, a lo que se accedió el día de san Ignacio. A partir de entonces se le llamó iglesia del Sagrado Corazón. 

El 15 de Febrero de 1887 la misma Junta directiva, en unión del representante de la Compañía -el Rector del Colegio del Salvador, que estaba situado en el territorio de la parroquia de santa Engracia, diócesis de Huesca- pidió que los derechos de uso, gobierno y administración de la iglesia se transfirieran a los jesuitas, a lo que se accedió el 2 de marzo, con la advertencia de que si en algún tiempo no pudiesen continuar en el uso otorgado, renacería el derecho del Apostolado de la Oración, conforme al citado decreto del 31 de Julio de 1884. También se dispuso que cuando se terminase el arreglo parroquial en proyecto y convertido el templo en parroquia, los religiosos podrían del mismo modo celebrar allí sus cultos, sin gravamen en beneficio de la fábrica correspondiente, pero dejando a salvo la jurisdicción parroquial.

Este hecho se produjo en agosto de 1902, cuando se trasladó la sede de la antigua parroquia de Santiago (antes en la calle de su nombre, cerca de la de Don Jaime). El 30 de Diciembre de 1904 los jesuitas pidieron al arzobispo Soldevila que, puesto que, por concesión graciosa de la Mitra, estaban usando la iglesia de San Pedro Nolasco, en la plaza de su nombre (que entre 1868-1902 había sido sede de la parroquia de San Lorenzo) se les cediera a perpetuidad. Se les concedió el 3 de enero de 1905, reservándose la diócesis la propiedad del templo y sus dependencias y disponiendo que, si por voluntad propia o por disposiciones civiles trasladasen su residencia, su uso volvería a la mitra; también se les permitió usar las torres de Santiago hasta que pudiesen disponer de una residencia.

Más tarde los jesuitas reclamaron la devolución de la iglesia y torres de Santiago, por estimar pequeña e insuficiente la de San Pedro Nolasco, o en otro caso, la indemnización por los gastos realizados en los templos. Ante el rechazo episcopal, acudieron a la Congregación de Religiosos, que resolvió a favor del arzobispado. Para evitar problemas, se firmó un convenio en 1920, en el que se cedió el uso perpetuo de San Pedro Nolasco, pudiendo hacer las obras más precisas y convenientes a la amplitud adecuada del templo, costeadas por los jesuitas, con una ayuda de 50.000 pesetas aportadas por el prelado, que entregaría otra de 5.000 pesetas para los gastos del traslado desde las torres de San Indefenso a cualquier otro domicilio en el que se instalasen, disponiendo que si cesaba el culto el edificio volvería a la Mitra sin derecho a indemnización.

En 1929 Regino Borobio Ojeda redactó un proyecto para la nueva iglesia del Sagrado Corazón, que implicó el derribo de una iglesia barroca del siglo XVII de mecenazgo episcopal (el arzobispo fray Juan Cebrián) y su sustitución por una iglesia de inspiración gótica de mucho menos valor artístico. Cuando en 1932 la II República disolvió la Compañía los religiosos seguían viviendo en las citadas torres. El gobierno se incautó del templo recién comenzado y del de Santiago con sus torres, pero el arzobispo Domenech reclamó su propiedad al Patronato de los bienes incautados a la Compañía, lo que fue estimado por el gobierno, como reconoció Alcalá Zamora por decreto del 30 de septiembre de 1933, publicado en la Gaceta de Madrid el viernes 6 de octubre.

Las obras de la iglesia no se reanudaron hasta 1938 y no se terminaron hasta 1942. Al dejar de tener culto pasó a ser la sede del Museo del Rosario de Cristal. La nueva parroquia del Sagrado Corazón, en el polígono de Miraflores, fue creada el 3 de diciembre de 1984 y aceptada en junio de 1985 por la Compañía, que la atendió hasta el año 2000. El edificio provisional fue bendecido el 24 de octubre de 1986 y el templo definitivo fue dedicado el 14 de marzo de 1992.

Otra manifestación devocional fue la consagración de la ciudad el 17 de junio de 1924, que fue renovada el 23 de junio de 1974, ambas realizadas por los alcaldes de la época.

No hay que olvidar la presencia de diferentes congregaciones, algunas de ellas establecidas originalmente en el territorio oscense de Santa Engracia: las Religiosas del Sagrado Corazón (1875), las, Esclavas (1885), las Angélicas, las Reparadoras, las Misioneras del Sagrado Corazón de Jesús y de María, y los Hermanos Corazonistas.

Para saber más:

BURRIEZA SÁNCHEZ, Javier: 

  • La Compañía del padre Hoyos. Contexto jesuítico y devoción al Sagrado Corazón de Jesús, Santander, 2010. 
  • En Vos confío. Historia de la devoción del Sagrado Corazón de Jesús, Bilbao, 2023.

ESCANDELL ABAD, Vicente: Y mirarán al que traspasaron. La espiritualidad del Sagrado Corazón en los tiempos modernos (ss. XV-XVIII), Murcia, 2012.

REVUELTA GONZÁLEZ, Manuel, SI: La Compañía de Jesús en la España contemporánea, tomo III: Palabras y fermentos (1868-1912), Madrid, 2008, pp. 365-444.

ROYO GARCÍA, Juan Ramón:

https://www.boe.es/gazeta/dias/1933/10/06/pdfs/GMD-1933-279.pdf (Gaceta de Madrid, actual Boletín Oficial del Estado, 1933, n. 279 (viernes 6 de octubre de 1933), pp. 148-150: texto del decreto del presidente de la República sobre la devolución de bienes a la archidiócesis, donde se explica largamente toda la historia de la relación del arzobispado, los jesuitas y los templos que ocuparon).

-Boletines Diocesanos de 1924 y 1974.

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