La Diócesis ha despedido a la Comunidad de Hermanas de la Caridad de Santa Ana de Monzón. El pasado sábado, el obispo compartió mesa y mantel con las religiosas, a las que leyó la misiva que ha enviado a su superiora provincial y en la que destaca la huella imborrable que deja esta congregación. «El legado que dejáis es mucho más que el de un simple servicio educativo; es el fruto de una visión profundamente cristiana de la vida y del mundo. Como Hijas de la Madre Rafols, habéis sido portadoras de un mensaje transformador, que se expresa en vuestro compromiso con una formación integral, donde la fe se une a la cultura, y la educación cristiana impregna cada ámbito de la vida», escribe don Ángel.
Por la tarde, las hermanas firmaron en el Libro de Oro del Ayuntamiento de Monzón, en el que la superiora, la hermana Antonia Loriente, dejó escrito: ” En nombre de todas las Hermanas de la Caridad de Santa Ana que, desde aquel lejano mes de julio de 1892 hasta el día de hoy, han servido a la ciudad de Monzón en la persona de los enfermos, los niños y niñas, los ancianos, los pobres, en una entrega incansable llena de atenciones, cuidado, detalles…
Agradecidas por todo lo que hemos recibido de los montisonenses, por habernos confiado la educación de sus hijas e hijos, por tantos enfermos atendidos, por tantos ancianos que se han acogido a nuestro cuidado, por la escucha y atención que hemos recibido de este Ayuntamiento, porque siempre que ha sido posible, han dado solución a los problemas que hemos planteado. Por la buena relación que existe entre nosotros, expresamos nuestro testimonio agradecido en este Libro en el que tenemos el honor de firmar”.
Más tarde descubrieron una placa en la fachada del Colegio Santa Ana con el siguiente texto “La ciudad de Monzón en agradecimiento a la gran labor desempeñada durante estos años por la Comunidad de las Hermanas de la Caridad de Santa Ana 1892-2024. Monzón, 5 de octubre de 2024”.
El programa finalizó con la eucaristía de acción de gracias y despedida en la concatedral de Santa María del Romeral, presidida por el párroco moderador, Óscar Vives. Numerosos montisonenses, entre ellos muchas alumnas, docentes y personal del centro educativo ligado a esta congregación, acompañaron a las religiosas en la emotiva jornada.