El pasado 4 de septiembre en su viaje apostólico a Indonesia el Papa Francisco reconoció la labor de los catequistas situándoles al frente de la Iglesia con estas palabras: “La Iglesia —debemos pensar en esto—, a la Iglesia la llevan adelante los catequistas. Los catequistas son aquellos que van al frente, que siempre van al frente. Luego vienen las religiosas —inmediatamente después de los catequistas—; le siguen los sacerdotes y el obispo. Sin embargo, son los catequistas los que van “siempre al frente”, son la fuerza de la Iglesia”.
Nosotros, los pastores de la Iglesia que peregrina en Aragón, queremos hacer nuestras las palabras del Santo Padre y agradecer en este Día de la Educación en la fe, la labor de todos los agentes de pastoral, la de los padres y abuelos y especialmente la de los catequistas en la transmisión y educación en la fe.
En un territorio desigual, pero con necesidades similares, los catequistas seguís siendo los pilares de nuestras comunidades, ya sea en la ciudad, ya sea en el pueblo más escondido. Los catequistas, colaborando con vuestros sacerdotes y, donde sea posible, con otros muchos agentes de pastoral sois signo de esperanza para muchas personas, sois presencia de la Iglesia que desea estar y vivir en medio de sus gentes.
El catequista, en nombre de la comunidad, al compartir su fe y acompañar a niños, jóvenes, adultos y familias va construyendo una nueva humanidad, centrada en la fe en Cristo, nuestra única y verdadera esperanza. Vosotros catequistas, sois por vuestra presencia y buen hacer signo de credibilidad en una sociedad en donde la labor de la Iglesia es cuestionada, vosotros, sois el rostro de una Iglesia en salida, propositiva, alegre, paciente…
El Directorio para la catequesis al señalar las características del catequista nos recuerda que sois por vuestro testimonio de vida un signo de transparencia, gestando con vuestra labor la memoria de Dios: “El testimonio de vida es necesario para la credibilidad de la misión. Reconociendo su propia fragilidad ante la misericordia de Dios, el catequista nunca deja de ser un signo de esperanza para sus hermanos” (DC 113).
De la misma manera el Directorio, al señalar las tareas de la catequesis nos exhorta a todos a formar para la vida en Cristo (Cf. DC 83-84) educando desde una mirada serena a la sociedad invitando a todos los creyentes a ser parte activa de la transformación de la realidad. El catequista siendo fiel a su vocación, hace posible, por tanto, que la esperanza, sea el “ancla del alma, segura y firme” (Heb. 6, 19)
Con nuestro afecto y bendición,
D. Carlos-Manuel Escribano Subías, Arzobispo de Zaragoza
D. Ángel-Javier Pérez Pueyo, Obispo de Barbastro-Monzón
D. José-Antonio Satué Huerto, Obispo de Teruel y Albarracín
D. Vicente Rebollo Mozos, Obispo de Tarazona
D. Vicente Jiménez Zamora, Administrador Apostólico de Huesca y de Jaca