Este verano nuestra Hospitalidad de Lourdes peregrinó al Santuario. Peregrinaron un total de 80 personas entre voluntarios, peregrinos y personas vulnerables. Fue una experiencia reveladora y profunda para muchos de ellos, nos ha indo llegando varios testimonios que queremos compartir para toda la diócesis.
Peregrinas de Sarrión
Para algunas de nosotras ha sido la segunda vez que peregrinamos, la primera junto con la Hospitalidad de Zaragoza y esta segunda con la de Teruel.
Es difícil de explicar el sentimiento que se siente nada más entrar en el Santuario, una paz interior increíble, tal vez porque sientes la protección de Nuestra Señora la Virgen de Lourdes.
Hemos tenido la gran suerte de poder participar en la procesión de las antorchas, portando cirios y en el coro, en la misa internacional acompañando a los sacerdotes en la distribución de la Comunión. Tenemos que destacar las hermosas reflexiones que nos hacían los organizadores después de las celebraciones “Peregrinando hacia el interior”
Hemos formado un grupo muy bonito todos los que hemos ido.Ha sido una peregrinación excelente, muy bien organizada y damos las gracias a los voluntarios y a la organización por la labor que realizan y lo pendientes que han estado en todo momento de los demás. Esperamos poder peregrinar al año que viene para reencontrarnos con Nuestra Madre la Virgen y animamos a la gente a que vaya y viva esta bonita experiencia, porque se viven muchas emociones dentro que no hay palabras para explicar, sino que hay que sentirlo. La Virgen nos espera, ánimo y gracias.
¡¡Nuestra Señora de Lourdes: Ruega por nosotros!!
N.L.L.
Cuando les dije a unos amigos que me iba a Lourdes, me contestaron: ¡Otra vez!!!, y yo pensé, pues si !!! No comemos y dormimos todos los días???
El hecho de ir a Lourdes se ha convertido para mi en una necesidad espiritual.
Cuando estoy delante de la Virgen, recuerdo lo que dijo San Pedro en la Transfiguración: “ Señor, que bien se está aquí”.
Son unos días preciosos de convivencia y sobre todo de oración, de estar con la Virgen en un entorno que te sientes como si te invitara a su Casa.
Este año he podido participar en algún acto desde dentro, gracias a nuestras organizadoras, y eso me ha llenado un poco más si cabe.
Quiero dar las gracias a todas las personas de la organización, han hecho un gran trabajo, todo ha salido redondo y la novedad de la meditación de Luis, “ Chapeau”.
Un abrazo para todos y espero que nos veamos el año que viene.
Sandra MR
Nunca podría haber llegado a imaginar lo que descubrí en Lourdes durante la peregrinación que realicé con la Diócesis de Teruel-Albarracín.
Cuando uno es joven, y en realidad en todas las etapas de la vida puede pasar; puede sentirse alejado de la religión; y a todas aquellas que así lo sientan, les recomiendo apuntarse a la siguiente peregrinación.
La organización ha sido especial, me he sentido como en casa y lo más importante, me he acercado a algo de lo que me sentía lejos.
No es un viaje solo de ir a misa como muchos pueden pensar; es un viaje para reflexionar, reconectar y conocer a personas de diversas edades con muchísimo que enseñar.
Lourdes es especial y para entenderlo, pues no se puede explicar con palabras, hay que ir allí.
¡Qué bien se está aquí!
Testimonio de la peregrinación de la Hospitalidad de Lourdes
Quizás, si pusiera la palabra “milagros” o “Lourdes” en el título, te detendrías enseguida a leer el texto. Porque lo extraordinario, lo inexplicable, lo invisible o lo que es un misterio nos llama la atención. Quizás sea porque nos parece increíble y eso nos tranquiliza porque no requiere necesariamente un compromiso. Pero una peregrinación es diferente. Peregrinar implica que la materia prima son las personas, lo tangible, lo humano, las alegrías y las vulnerabilidades. Y esto ya asusta más porque aquí sí que implica un compromiso personal que muchas veces no sabemos si estamos dispuestos a hacer. Tengo 29 años y este verano he tenido el regalazo de ser voluntaria en la peregrinación a Lourdes con la Hospitalidad de Teruel. No iba a ir. ¿En mis vacaciones? ¿Con calor? ¿Condicionándome mis planes para mis viajes? ¿Con gente mayor a un sitio para gente mayor? Ni de broma. Así de ignorante era. Pasó el plazo de inscripción y el gusanillo de apuntarme iba y venía, y en una de aquellas que decido apuntarme porque unos amigos me animan… Pues venga, vale, una experiencia más. Podré decir que he estado en Francia, veré un paisaje increíble, me lo pasaré bien. Así de ignorante seguía siendo. Llega la primera reunión de voluntarios y me entero que mi papel en Lourdes será el de ser camillera o dama. Toma palabros. Ni idea de lo que iba a hacer allí ni de si sería capaz de hacer lo que se esperaba que hiciera. Así de ignorante me fui. Pero he vuelto diferente, soy diferente a la persona que dejó Teruel el 19 de julio.
He podido ver y palpar que la peregrinación a Lourdes es una entrega y un servicio constante, incluso cuando no hay ganas o no hay energía para hacerlo. El voluntariado es esencial para entender bien qué es Lourdes y empezar a desmontar esquemas: no es un sitio de gente mayor ni para gente mayor, es un sitio en el que la persona vulnerable es la protagonista en todo momento. ¿Y quién no es una persona vulnerable, al menos, una vez en la vida? Lourdes es un lugar en el que estamos todos por todos, ayudándonos y entregándonos mutuamente y continuamente, sin esperar nada a cambio, simplemente amando. He podido ver y palpar que la peregrinación a Lourdes es un camino hacia la vida de una misma para tomar conciencia de lo humano en mi vida humana y, desde ahí, poder salir al encuentro con los demás. He visto y he palpado la vulnerabilidad humana en las personas a las que he mirado, a las que he servido el desayuno, a las que he abrazado, secado las lágrimas, atado los cordones de las zapatillas, y con las que también he compartido momentos de risas, chistes y fiesta. Lourdes es un lugar que te anima a dar gracias por toda tu vida condensada en cada instante que vives, simplemente porque eres amada. He podido ver y palpar que la peregrinación a Lourdes es un encuentro con Dios cara a cara, contando con María como puente entre Él y tú. El material de trabajo espiritual que nos acompañó estos días, me permite asentar la certeza de que mi vida es tierra sagrada, es lo más. El Señor prepara desiertos en este camino para que sean momentos y lugares de encuentro personal con Él una vez me despojo de todo mi yo. Y una vez vivido el encuentro con Él, soy invitada a tomar la responsabilidad de vivir más al modo de Jesús. Lourdes es el lugar en el que te toca mojarte y pringarte de harina por entera, y así ser instrumento del amor, del puro amor Como persona voluntaria, joven y creyente, he podido ver y palpar que Lourdes es un lugar en el que ocurren tantos milagros como personas que acuden con fe allí. Es el milagro visible y palpable del amor que se concreta en el estar por y para los demás mirando por el cuidado íntegro de las personas, siendo comunidad de fe peregrina en tierra sagrada, nuestra vida. Es el milagro visible y palpable de vivir el instante con conciencia de Dios. La vida no es una opción para vivir la fe. ¿Qué es la fe sin la vida? Vivir no es fácil, pero si lo hacemos caminando de la mano de María, con la mirada de Jesús y en Jesús y en presencia de Dios, vida y fe se dan la mano. Lourdes pone tu vida en el sitio que toca y te invita a poder lanzarle a Dios un sencillo “hágase”. Es el lugar de encuentro con el rostro y la vida de las personas VIP para Jesús: los más vulnerables. Lourdes es el camino en el que te paras para decir “¡qué bien se está aquí!”. Han sido tres días en el Cielo. Ya no tengo dudas ni me veo tan ignorante como me fui: si Dios quiere, el año que viene repito, estoy segura.
Familia Abad-Andrés
Jesús:
El pasado mes de Julio hicimos la Peregrinación a Lourdes acompañados de nuestra Hospitalidad de Teruel. Mª José y yo fuimos como voluntarios y Natalia debido a su movilidad reducida fue como enferma.
Mi experiencia fue extraordinaria, aunque ya había ido el año pasado acompañando al Grupo de Zaragoza y disfrute mucho de aquellos días, no tuvo nada que ver con lo vivido este año. La labor que realice como voluntario sirvió para enriquecerme espiritualmente y sentirme útil acompañando a las personas que lo necesitaban. A pesar de que fueron unos días muy intensos, emocionalmente encontré la paz interior que necesitaba y que me ayudo a que desaparecieran algunas de las preocupaciones que en esos momentos tenía.
Cuando empecé la Peregrinación, no tenía la idea de repetir, pero después de lo vivido este año y si la salud me acompaña, me gustaría volver a vivir de nuevo esta experiencia.
María José:
Para mí fue una buena experiencia, lo primero por ir en familia y luego también como voluntaria. Todo el Grupo que fuimos estaba muy unido. En el Hospital la relación de todos los que estábamos era muy cordial. Aunque fueron cuatro días muy intensos y durante el día teníamos poco tiempo para descansar, todas las celebraciones programadas me parecieron importantes. Me gustaría recordar los raticos de reflexión que tuvimos con la ayuda de la organización, para mi fueron muy especiales. La Peregrinación gano mucho pues en ese marco incomparable, esos momentos fueron únicos. La espiritualidad estuvo presente. Fueron unos días de mucha paz y de momentos muy emotivos. Muchas gracias a toda la gente que lo hizo posible.
Natalia:
Para mí fueron unos días geniales. A pesar de mi movilidad reducida, el viaje fue muy cómodo, el autobús muy bien adaptado y con tanta ilusión que llevábamos, el viaje se me hizo corto.
Como repetía Peregrinación, ya conocía un poco las actividades, pero cada año es único y este las disfrute más todavía. El Grupo de gente era encantadora y me sentí muy acogida por todos.
Si Nuestra Virgen de Lourdes quiere, el año que viene allí estoy otra vez.
