Barbastro finalizó sus fiestas mayores, el pasado 8 de septiembre, con la Ofrenda de flores y frutos a la Virgen de El Pueyo y la eucaristía presidida por el obispo de Barbastro-Monzón en la S. I. Catedral. Don Ángel, que distribuyó entre los asistentes un enlace QR que da acceso a un vídeo de advocaciones marianas, animó a los presentes a seguir a quien mejor nos conecta con Jesús: la Virgen María. «María nos recuerda que lo esencial es lo que está en nuestro interior, lo que nos conecta con Dios. Ella es nuestra influencer celestial, aquella que, con su humildad, sencillez, autenticidad, sinceridad, transparencia, su fe y su obediencia, nos muestra el camino hacia una vida plena«, predicó el obispo ante los asistentes.
En su homilía, el obispo animó a desentrañar, en las doce ocasiones en las que María aparece en la Escritura, sus valores, virtudes, actitudes, cualidades… y cotejarla con las que «aparecen en la lista de cualidades que adornan tu vida».
Con asistencia de la Corporación Municipal, autoridades, damas de las fiestas y numerosos fieles, la santa misa estuvo solemnizada por el grupo Tradiciones.
Una Ofrenda tradicional y renovada
Antes de la eucaristía, Barbastro celebró uno de sus actos más tradicionales: la ofrenda de flores y frutos a la Virgen de El Pueyo, que en esta ocasión reunió a medio centenar de asociaciones y entidades, así como a particulares. Organizada por la Asociación Petronila de Amas de Casa y Consumidores, con el apoyo de la Unidad Pastoral de Barbastro, confió este año la lectura de la oración a Montañeros de Aragón en Barbastro, que cumple 75 años.
Su presidente, José Masgrau, recordó la entronización de la Virgen del Pilar en la cumbre del Aneto un 14 de agosto de 1956, con ayuda de montañeros de todo Aragón. «Durante muchos años los montañeros barbastrenses hemos ascendido a la cumbre del pico Aneto para llevar nuestro tradicional ramo de doce rosas rojas como ofrenda a la Virgen del Pilar el 15 de agosto, día de la Asunción», añadió.
A las flores frutos, cantos y bailes puestos a los pies de la Virgen, se sumó este año una novedad: el ofrecimiento de los niños y niñas nacidos este último año. Sus familias recibieron una medalla de la Virgen de El Pueyo, patrona secundaria de la diócesis y de la ciudad de Barbastro.