Más de sesenta niños y niñas de la diócesis de Teruel y Albarracín han participado este año en el campamento que Acción Católica lleva organizando desde 1972. Este año, del 16 al 28 de julio, las tiendas volvieron a instalarse en el paraje de Lomas Altas, tras resolverse los problemas que obligaron el verano pasado a trasladar el campamento a Cantavieja.
Con más de medio siglo a sus espaldas, y solamente interrumpido durante la pandemia, el campamento del sector de Infancia de la Acción Católica General de la Diócesis de Teruel y Albarracín es uno de los más veteranos de la comunidad aragonesa.
Desde sus inicios, este campamento ha estado siempre ligado a una educación integral promovida sobre todo por sus monitores, muchos de ellos dedicados profesionalmente a la docencia. El respeto a la naturaleza, el cuidado del entorno, la importancia de la acogida, la cultura de paz o el comercio justo son términos que se hacen familiares en las dos semanas de campamento.
Desde la ACG tienen claro que el campamento no puede ser una actividad desligada del proyecto pastoral diocesano. Los niños y niñas también tienen derecho a vivir un acompañamiento en su proceso de fe, con actividades y lugares de encuentro donde puedan seguir conociendo a Jesús, al margen de las catequesis.
