Este domingo 28 de julio celebramos la IV Jornada Mundial de los Abuelos y de los Mayores. El tema elegido por el Santo Padre, “En la vejez no me abandones” (cf. Sal 71,9), pretende subrayar cómo la soledad es, lamentablemente, la amarga compañera en la vida de tantos mayores que, a menudo, son víctimas de la cultura del descarte.
En el año de preparación al Jubileo, que el Santo Padre ha querido dedicar a la oración, el tema de la Jornada está tomado del Salmo 71, la invocación de un anciano que relata su historia de amistad con Dios.
Al valorizar los carismas de los abuelos y de los mayores y su contribución a la vida de la Iglesia, la celebración de la Jornada quiere fomentar el compromiso de toda la comunidad eclesial en la construcción de vínculos entre generaciones y en la lucha contra la soledad, conscientes de que – como afirma la Escritura – “No conviene que el hombre esté solo” (Gén 2,18).
«Dios nunca abandona a sus hijos. Ni siquiera cuando la edad avanza y las fuerzas flaquean, cuando aparecen las canas y el estatus social decae, cuando la vida se vuelve menos productiva y corre el peligro de parecernos inútil» con estas palabras el Papa Francisco comenzaba su mensaje para la jornada.
Apadrina a un abuelo
Nuestra diócesis de Teruel y Albarracín se caracteriza por tener un población envejecida, por eso, desde nuestra Cáritas Diocesana, llevan un par de años realizando una iniciativa en colaboración con la Residencia del Seminario de Teruel y el Colegio Las Viñas. Apadrina un abuelo es un proyecto en el que jóvenes alumnos del colegio se han reunido con residentes en el Seminario para acompañarlos. En este curso han tenido grandes momentos, creándose unos vínculos muy especiales. Desde Cáritas nos recalcan el compromiso por parte de los jóvenes, que han asistido de manera continuada todos los viernes del año a su cita con las personas mayores apadrinadas.
«Este proyecto me da una satisfacción inmensa y estoy muy contenta que este año haya repetido» nos decía una de las residentes en el Seminario, quien valora muy positivamente estos encuentros en los que juegan y charlan con los más jóvenes. Este proyecto «ha traído mucha alegría a la residencia y los mayores tienen muchas ganas que todos los viernes vengan los chicos» comentaba una trabajadora de la residencia, y que también esperan «que este proyecto se mantenga en el tiempo porque no hay mayor gratificación que la alegría de nuestros mayores que se sienten muy queridos y arropados por los chicos que participan, lo que nos ayuda a tratar la soledad que a veces se nos presenta». Los jóvenes que participan, por su parte, agradecen la experiencia y sabiduría que nuestros mayores pueden aportarles.
Soledad
Precisamente, el Santo Padre en su mensaje para esta jornada, nos recuerda que «no dejemos de mostrar nuestra ternura a los abuelos y a los mayores de nuestras familias, visitemos a los que están desanimados o que ya no esperan que un futuro distinto sea posible. A la actitud egoísta que lleva al descarte y a la soledad contrapongamos el corazón abierto y el rostro alegre de quien tiene la valentía de decir “¡no te abandonaré!” y de emprender un camino diferente». Este proyecto responde a este mensaje de Francisco.
Como vemos la soledad es una de las mayores tragedias que viven nuestros mayores. Pero existen otras, por ejemplo el 19 de junio, fue el día internacional contra los malos tratos a las personas mayores.
Nuestra Cáritas realizó ese día una actividad con el objetivo de visibilizar y sensibilizar en torno a la realidad. En la actividad participación también los alumnos y alumnas del colegio Diocesano de las Viñas, personas residentes de la Residencia de personas mayores del Seminario y voluntarios de Cáritas Diocesana de Teruel y Albarracín. Entre todos construyeron un puzzle gigante, simbolizando todo lo que las personas mayores aportan en su barrio, pueblo, comunidad.
Tengamos más en cuenta a nuestros mayores y tratémoslos como se merecen, agradeciendo su gran aportación a nuestra generación y a las venideras.