El sábado 11 de mayo, el Festival de Clipmetrajes de Manos Unidas ha celebrado, en los cines del Palacio de la Prensa de Madrid, la gala de la final de la categoría Escuelas. En una ceremonia llena de sorpresas y emoción, se han conocido los ganadores de esta edición del festival de cortos de 1 minuto de duración.
Esta ceremonia, presentada por el periodista Fernando Martín, ha tenido un carácter festivo pues, además de congregar a representantes de los 20 colegio finalistas, que esperaban con ilusión el veredicto del Jurado, ha celebrado el XV aniversario de una iniciativa que, en estos tres lustros, ha recibido un total de 11.125 videos con los que los escolares de toda España han mostrado sus puntos de vista para cambiar el mundo.
Con la campaña anual de Manos Unidas sobre la injusticia climática, «El Efecto Ser Humano. La única especie capaz de cambiar el planeta» como referencia, los videos de los escolares se han centrado en mostrar la realidad de los que más sufren las consecuencias negativas de nuestro estilo de vida. Y lo han hecho con el lema «La cara B del ser humano».
Con el vídeo «La cara B” de la cara A» los alumnos del Colegio de María- La Enseñanza (Santander) se han hecho con el primer premio de la categoría de Educación Primaria, con un Clipmetraje en el que denuncian la inacción y las promesas incumplidas de los organismos internacionales y de los países más poderosos a la hora de solucionar los problemas de los más vulnerables.
El Colegio Sagrado Corazón-Corazonistas La Mina (Zaragoza) ha conseguido el primer premio de la categoría de Educación Secundaria con el clipmetraje “El precio de la civilización”. Una distopía que representa la búsqueda de la libertad en una civilización opresiva.
«En el Festival de Clipmetrajes compiten vídeos de gran calidad que nos ayudan a difundir, de manera visual, fresca, dinámica y eficaz, la causa por la que luchamos, a la que se suman los participantes con su talento, creatividad y solidaridad», ha explicado Miriam Pardo, responsable del Festival de vídeos de un minuto.
En este sentido, Pardo también ha querido poner en valor «cada clipmetraje como herramienta de sensibilización y acción social y todo el trabajo en equipo que hay detrás de cada uno implicando al centro educativo, al profesorado y al alumnado».