Un año más, la S.I. Catedral de Ntra. Sra. de la Huerta fue el escenario ayer 15 de marzo del pregón de la Semana Santa de la ciudad de Tarazona. En esta ocasión, el encargado de pronunciarlo fue el obispo de la Diócesis de Tarazona, Mons. Vicente Rebollo, en un abarrotado templo.
Tras las intervenciones de la presidenta de la Coordinadora de Cofradías de Tarazona, Inmaculada Soria; y de la secretaria de la Cofradía de la Entrada de Jesús en Jerusalén, encargada de organizar los actos de Semana Santa, Rosana Barrios, fue el turno de don Vicente.
Con el deseo de que fuera una herramienta más para preparase para los días que vamos a vivir, «los más importantes para un cristiano», comenzó don Vicente el pregón cuyo hilo conductor fue el contenido teológico espiritual de la Cuaresma, el tiempo que nos prepara para vivir la Semana Santa, y que relacionó con las cofradías de Tarazona. Fueron cinco momentos los señalados que fue desgranando, junto a lo que cada una de las imágenes de las cofradías representan.
Don Vicente explicó que la Cuaresma se inicia con la oración de Jesús y su ayuno en desierto, lugar que sirve para «descubrir si seguimos a Jesús o a nosotros». «Los cofrades de Nuestro Señor en la Oración del Huerto, nos recordáis la importancia de la oración para Jesús», mientras que los de Nuestro Padre de la Flagelación, «nos ayudáis a entender este misterio del mal en el mundo que quiere ser más fuerte que el bien, la tentación nos lo presenta más apetitoso», ha señalado el prelado.
El segundo momento en el que se detuvo don Vicente fue en el que Jesús que sube a la montaña, «donde se nos revela como el Hijo de Dios que nos va a salvar después de pasar por la pasión y muerte en cruz». En este punto hizo referencia a la cofradía de la Entrada de Jesús en Jerusalén, cuyo paso nos ayuda a ver «cómo en nuestra vida tenemos que saber conjugar los momentos de gloria con los de abandono, de soledad y de pasión, pero siempre el Señor estará a nuestro lado».
Otro de los hitos de la Cuaresma referidos por el obispo de Tarazona fue el de «descubrir a Jesús como el agua viva capaz de saciar nuestra sed para siempre» porque es el único que puede «saciar nuestros deseos de felicidad, de dar un sentido pleno a nuestra vida». En este punto, se ha referido a las Cofradías del Santísimo Cristo del Consuelo y de Santa María Magdalena y la de Nuestra Señora de la Piedad. La primera refleja la compañía de María en esa «búsqueda de felicidad permanente que tenemos las personas» y en la que «la Magdalena es también el testimonio de que Jesús es la única fuente de felicidad». El paso de la segunda representa a María que «nos ofrece su regazo para que acudamos a ella y nos sintamos arropados en las horas bajas de muestra vida».
Nuestras inseguridades, debilidades y desconfianzas humanas son representadas en el cuarto momento que presenta a «Jesús como la luz que las ilumina» y que se refleja en la cruz que portan los cofrades del Silencio del Santísimo Cristo del Rebate, como aseveró el obispo de Tarazona que destacó que el silencio es «muchas veces más elocuente que las palabras». Contemplar el dolor del mundo desde ese silencio, «quiere ser el gesto para poner esperanza en la desesperanza, luz en la tiniebla». La Cofradía del Santo Cristo de los Afligidos, cuyo paso muestra a María y a San Juan a los pies de Jesús crucificado, ayuda a entender «este misterio de la madre de Dios como madre de los hombres», gracias a la cual «ya no existe la oscuridad plena en el corazón del hombre, sabiendo que tenemos una madre siempre a nuestro lado».
El último momento fue el que se refiere al pasaje de la resurrección de Lázaro y que nos ayuda a descubrir a Jesús como la Resurrección y la Vida. Aquí don Vicente incidió en lo acostumbrados que estamos a la inmediatez, a tenerlo todo, a huir del sufrimiento y todo ello hace que Jesús esté fuera de nuestras vidas, que no entendamos sus respuestas. Por ello, «necesitamos que la Semana Santa nos llene de certezas» -aseveró el prelado- «que el contemplar el misterio de la muerte y resurrección de Cristo, afiance nuestra esperanza». Al mirar la imagen de la Cofradía Ntra. Sra. de los Dolores esperamos «que nos ayude a entender el dolor de la madre de Jesús, María. Ella fue la que vivió con más intensidad los momentos finales de la vida de Jesús y apoyada en la esperanza, supo sufrir y supo esperar el feliz desenlace».
«Ojalá que nunca nos cansemos de contemplar esta escena de Cristo que ha entregado su vida por nosotros, que ha cumplido siempre la voluntad de Dios, que no ha escatimado sufrimiento alguno por redimirnos», señaló don Vicente al referirse a la Cofradía de las Siete Palabras y el Santo Entierro, cuyo contemplación de su paso, ha deseado, sirva para nuestra esperanza en la Resurrección, que ya se demuestra en la Cofradía de la Resurrección, que «nos recuerda que el mal, el pecado y la muerte no tienen la última palabra».
«Caminamos en la Semana Santa para levantarnos en la Pascua de Resurrección», ha recordado el obispo de Tarazona, que ha finalizado con el deseo de que la Semana Santa «renueve nuestros corazones y afiance nuestra condición de hijos de Dios».
El consiliario de la Cofradía de la Entrada de Jesús y Jerusalén, Javier Bernal, ha agradecido la intervención del obispo de Tarazona, que ha sido obsequiado con un presente por el Hermano Mayor de esta cofradía, José Luis Lasheras.
Tras el pregón, ha tenido lugar una actuación de los Infanticos del Pilar junto a la Coral Turiasonse.
LOS ACTOS DEL PREGÓN
Antes del pregón, los Infanticos también actuaron en la eucaristía, celebrada en la parroquia de la Inmaculada, sede social de la Cofradía de la Entrada de Jesús en Jerusalén, encargada de organizar los actos de la Semana Santa de Tarazona. En esta misa, en la que han participado los hermanos mayores y cofrades del resto de cofradías de la ciudad, el alcalde y miembros de la corporación, el Hermano Mayor de la organizadora, don José Luis Lasheras hizo entrega de un obsequio a Don Cirilo Ortín, párroco de la Inmaculada durante muchos años.
Los actos del Pregón continuaron en la Ermita de la Virgen del Río, donde se realizó la tradicional ofrenda de flores a la patrona de la ciudad. y han tomado parte en la procesión hasta la Ermita de la Virgen del Río, donde han participado en la ofrenda de flores.