El domingo 10 de diciembre, el superior general de los Misioneros Claretianos, padre Mathew Vattamattan, bendijo las renovadas instalaciones del Museo de los Mártires Claretianos de Barbastro. «No podemos perder su memoria», afirmó al tiempo que destacaba la fuerza del perdón como la enseñanza que ofrece una casa «que es más que un museo». Este espacio, referencia de la impronta martirial diocesana y del turismo religioso en el territorio, ha reordenado su contenido en cinco grandes salas temáticas, alrededor del lema Mártires Claretianos Barbastro. Testigos de Paz y Reconciliación. La renovación coincide con el Año Jubilar Claretiano con motivo de los 175 años de la fundación de esta congregación.
En la nueva propuesta expositiva destaca el » Espacio Padre José Beruete», quien fuera segundo director de este Museo, recientemente fallecido y creador de numerosas obras de arte relacionadas con los claretianos y los mártires. «El fundador perseguido», «Misioneros Claretianos», «La Beatificación» y «Contextos» completan los espacios de la muestra. Los contenidos, subrayó el padre Carlos Latorre, superior de la comunidad barbastrense, «son los mismos porque la historia no se inventa, es la que es. Solo cambia la presentación». Como apoyo al visitante, el itinerario expositivo se ha dotado de códigos QR adaptados para móviles, así como proyecciones y paneles con textos tanto en castellano y en inglés, herramientas que facilitan el conocimiento del testimonio de fe de los 51 mártires claretianos.
El obispo de Barbastro Monzón, Ángel Pérez, presidió la eucaristía previa a la inauguración, actos que reunieron al gobierno central de los Claretianos y a todos los responsables de cinco provincias claretianas en Europa. Don Ángel se confesó «conmovido y bendecido porque hoy Barbastro ha sido el corazón de san Antonio María Claret» y recordó el carácter martirial de esta tierra, «de testigos. Esto tiene que dar sus frutos. Doy gracias porque esta diócesis está siendo puntera en ser misionera. Los mártires siguen vivos y siguen bendiciéndonos».
