Montserrat Rescalvo: «Cada uno tenemos diferentes dones, así que pongámoslos en práctica»

Rocío Álvarez
30 de octubre de 2023

Entrevistamos a tres de los cinco laicos instituidos en los ministerios de lector y acólito el pasado 7 de octubre en la basílica de Santa María de los Sagrados Corporales de Daroca. Ellos nos cuentan qué ha supuesto para ellos y para la Iglesia este importante paso, pionero en España.

De izquierda a derecha, Mariaje, Montse y Paco, tras su institución como lectores y acólitos.

Paco, ¿qué pasos habéis tenido que seguir para llegar hasta la celebración del 7 de octubre en que fuisteis instituidos lectores y acólitos?

Probablemente para cada uno de nosotros haya sido diferente, pero en mi caso, ha habido primero un proceso de formación, porque ya hace años me matriculé en Teología Catequética en el CRETA y he estado estudiando todos los cursos de esta licenciatura. Por otra parte,  también he discernido si realmente sería capaz de hacerlo, si realmente no sería una carga o un servicio. Y el último paso fue que me decidí  y se lo solicité al obispo. 

Montse, ¿desde cuándo en tu caso has ofrecido este servicio en la Iglesia?

Bueno, en mi caso desde noviembre de 2017 por invitación de don Sergio Pérez. Es verdad que estaba recién llegada de la misión de Angola, de una comunidad de Misevi que tenemos ahí, y un día hablando, me comentó: “¿Te parecería bien colaborar y participar en el equipo apóstolico de Daroca?”. De esto que se te pone la carne con los pelos de punta.  Le dije que lo meditaría y pensaría en mi comunidad y le dije que sí.

Paco, ¿qué aporta de bueno en la Iglesia este paso de instituir en estos ministerios laicales de lector y acólito?

Yo creo que aporta mucho porque es una manera de facilitar que los laicos pudiéramos ir asumiendo tareas dentro de la iglesia y fuéramos siendo cada vez más responsables, igual que el resto del clero y el resto de los cristianos. Es una gran aportación y que además está por desarrollar. Me imagino que en cada diócesis se irá haciendo poco a poco y se irá facilitando también contenido para poder participar cada vez más y mejor. 

Maríaje, habéis servido durante muchos años en este servicio. ¿Qué cambia que hayáis sido instituidos?

Las funciones que llevábamos realizando hasta ahora van a ser muy parecidas. Aunque, y esto sí que es importante, se verán incrementadas, sobre todo en orden a la formación especial de otras personas que desean solicitar los ministerios. Ahora, la diferencia especial es que debemos servir ante las necesidades de la diócesis. Entonces en un momento dado, el obispo directamente o a través de sus vicarios, nos pueden hacer un envío a otras parroquias que o no tengan sacerdote o el sacerdote este enfermo o sea muy mayor y no llega. En fin, estamos para apoyar siempre a nivel diocesano y todo lo que nos vayan mandando.

Montse, en un testimonio publicado en los medios de la Archidiócesis y que está escrito por ti, terminas con un versículo del libro de los Romanos que dice “Sirvamos cada cual con nuestros diferentes dones”. Explícanos un poco más esta frase.

Nos necesitamos y cada uno de nosotros tiene una función diferente dentro de la Iglesia para extender el Reino y para dar a conocer la Palabra. Con lo cual ya que tenemos diferentes dones que por la gracia nos han sido dados, pongámoslos en práctica, en nuestra iglesia local donde estamos sirviendo. Y Dios no nos quiere sólo para que sirvamos, sino para que seamos un instrumento suyo, una herramienta para que la Iglesia vaya creciendo y todos colaboremos y  participemos en ella.

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