Nos encontramos en el mes de octubre, el mes misionero, en el que se celebra la Jornada del Domund, un día en que, de un modo especial, la Iglesia universal reza por los misioneros y colabora con las misiones. Se celebra en todo el mundo el penúltimo domingo de octubre. ‘Iglesia en Tarazona’ ha charlado con el nuevo delegado diocesano de Misiones de la Diócesis de Tarazona, el sacerdote Prosper Mbabazi, que estuvo en la Misión Diocesana de Cochabamba durante casi cuatro años.
Pregunta (P): ¿Crees que tu experiencia en Cochabamba va a ayudarte en esta nueva encomienda?
Respuesta (R): Yo creo que sí, porque habiendo tenido esa experiencia de ser misionero he conocido muchas realidades que no hubiera vivido si no hubiera estado allí en Cochabamba. Así que como una de las tareas de nuestra delegación de Misiones es acompañar a los misioneros, preocuparnos por ellos y también suscitar vocaciones y conciencia misioneras entre los fieles, creo que sí, que va a ayudar el que yo haya vivido la experiencia misionera. Al haberlo experimentado en primera persona, sé lo que es ser misionero, la necesidad de sentirse acompañado en un país que no es el tuyo y sé que también es fundamental la oración. A mí me va a servir para estar más cerca de los misioneros, a tener más comunicación con ellos y a preocuparme por su situación.
P: Tú eres de un país, Burundi, destino de misioneros, ¿cómo has vivido tú la labor de los misioneros en tu país? ¿influyeron en tu vocación sacerdotal?
R: Desde luego que influyeron. Si no hubiera sido por los misioneros que encontré allí, que estaban en mi país, yo no me hubiera planteado ser sacerdote. ¿Por qué? Pues primero, yo no soy de una familia practicante. Son católicos, pero yo no recibí en mi casa una educación cristiana católica. Fue al llegar al instituto, que era un internado, donde me encontré con los misioneros que venían a hacer su labor, juntaban a los jóvenes en grupos y ahí fue donde profundicé en la fe y dónde me planteé ser sacerdote. Gracias a los misioneros, soy lo que soy ahora.
P: Estamos en octubre, en el mes misionero, y la celebración de la Jornada del Domund. ¿Por qué es importante el Domund?
R: Esta jornada es tan significativa porque nos recuerda la importancia de los misioneros, porque son ellos los que siguen llevando la palabra de Dios, el Evangelio, a otros pueblos y a personas que todavía no conocen a Cristo. Así que es un mes, una jornada, que nos ayuda a comprender la importancia de anunciar la fe. Y, sobre todo, a apoyar a esos misioneros que ya están realizando esa tarea, para que puedan trabajar con todos los medios que necesiten.
P: Al estar en Cochabamba varios años, has comprobado de primera mano lo que la Diócesis hace allí.
R: Sí, he vivido allí casi cuatro ya que estuve un tiempo largo esperando conseguir los papeles para poder volver a España. Conozco la labor que la diócesis realiza allí. Ha tenido muchos efectos y ha influido en muchos aspectos de la ciudad de Cochabamba. No solo a nivel eclesial, pues tenemos una parroquia y la diócesis ha contribuido a inculcar la fe, sino que también se han conseguido mejoras a nivel social, ya que hay colegios, un comedor, se realizan talleres… Además, hay que tener en cuenta el trabajo que han hecho en Cochabamba todos los sacerdotes que han pasado por allí, empezando por D. Raúl Romero, que fue el primero. Es una gran tarea que hay que seguir apoyando, ya que aunque ha habido muchas mejoras, todavía sigue habiendo muchas necesidades y sigue siendo fundamental el anunciar la Palabra de Dios.
