Devoción en la Solemnidad del Santo Cristo de los Milagros

Miguel Barluenga
12 de septiembre de 2023

La devoción por el Santo Cristo de los Milagros ha vuelto a mover a cientos de fieles durante la jornada de este martes 12 de septiembre, en la que se ha celebrado la última jornada de la Novena en la Catedral de Huesca. Peregrinos de varias localidades próximas a la capital oscense, como Bolea, Igriés, Pueyo de Fañanás, Sangarrén o Tabernas de Isuela, han acudido a las 8.00 a la santa misa presidida por el obispo, don Julián Ruiz Martorell, en la que se ha trasladado la imagen desde su capilla al altar mayor. Posteriormente, a las 19.00, ha tenido lugar solemne pontifical y después el Santo Cristo de los Milagros ha sido depositado de nuevo en el camarín de su capilla.

El día ha comenzado con la recepción de los peregrinos en la Plaza de la Universidad, a donde se han dirigido asimismo cofrades de la Cofradía del Santo Cristo de los Milagros y San Lorenzo Mártir encabezados por el prior, Vicente Estévez. Allí, el obispo se ha referido al “tiempo de gracia que Dios ha concedido” durante una peregrinación en la que “habréis sentido la compañía de quien siempre está presente”. Se refería a Dios, quien “en algunas ocasiones parece que se cansa pero siempre tiene al lado alguien que le presta su ayuda.

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A continuación, todos se han dirigido a la catedral de Huesca, donde en primer lugar el obispo, junto al reverendo don José Alegre, vicario de pastoral, y el reverendo don Francisco Raya, delegado de Liturgia, ha rezado al Señor “por que conserve tu Hijo entre nosotros la obra de tu misericordia y los frutos de tu redención”. La imagen se ha dirigido a continuación desde el camarín hasta el altar mayor, portada por Vicente Estévez y en procesión por las naves lateral y central de la catedral. Al término de la misa de la tarde ha sido conducida de nuevo a la capilla en procesión.

La tradición señala que el Santo Cristo de los Milagros libró a la ciudad de la peste en el año 1497 después de que su imagen derramase sudor. Desde entonces y hasta nuestros días se mantiene una devoción extendida por toda la Diócesis.

Durante su homilía, don Julián Ruiz Martorell, ha señalado que “estamos todos reunidos a su alrededor, le miramos y contemplamos su rostro de misericordia”. Nos fijamos en Él, y contemplamos tres grandes pensamientos: “Todo se ha cumplido, agradecimiento y esperanza”. Lo primero se refiere que contemplarlo “nos hace entender todo lo que está escrito en Él, en la Ley de Moisés, los Profetas y Salmos”. Todos nosotros somos testigos de que “todo lo que estaba anunciado desde antiguo se cumple en Jesucristo”.

Él “carga sobre nosotros todos nuestros crímenes” y ha sido maltratado y humillado voluntariamente “sin justicia y sin defensa, arrancado de la tierra de los vivos”. Pero también decimos que “sus cicatrices nos curaron, lo vemos venciendo a la muerte, levantándose sobre todo y recibiendo el nombre sobre todo nombre”. Expresamos nuestro agradecimiento, cantamos con el Salmo y damos gracias al Señor porque es bueno, “porque es eterna su misericordia”. Abrimos los labios “para darle gracias por tantos acontecimientos que hemos vivido durante este último año”.

Esta jornada había que dar gracias al Santo Cristo de los Milagros “para valorar, reconocer y agradecer todo lo que Él nos concede: la vida, la fe, la familia, la posibilidad de amar generosamente al prójimo, la esperanza”. El agradecimiento, sincero y gozoso, familiar y eclesial, llega desde el fondo de nuestros corazones. Manifestamos nuestra esperanza cuando vivimos asediados por enfermedades y sufrimientos; “nos acercamos al Santo Cristo de los Milagros y experimentamos lo que proclama el salmista: En el peligro grité al Señor y me escuchó poniéndome a salvo””.

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