Último día y amanecemos sobre piedras y tierra. La ilusión por la grandeza de lo que estamos viviendo es el único colchón que necesitamos. Además, nos despierta un DJ muy especial, con una mezcla dubstep del Aleluya de Händel.
Son las siete de la mañana y nos encontramos en el sector B. Así que la excursión a la zona de los servicios es una aventura de travesía. Fantasía. La realidad supera la ficción.
A las ocho, llega Francisco. Y, sobre las nueve de la mañana, comienza la Santa Misa de Acción de Gracias o Misa de Envío. El ambiente es único como lo son las palabras del Santo Padre, las cuales no dejan a nadie indiferente:
Resplandecer, escuchar y no tener miedo.
Jesús frustra las espectativas de un mesías poderoso y grande. También hoy nosotros necesitamos algo de luz. Un destello de luz que nos llene de esperanza para iluminar tanta oscuridad. Que nos empapemos de la luz de la resurrección. Esa es la luz que no se apaga. Ilumina mi mirada, ilumina mi corazón.
A ustedes, que son el presente y el futuro, Dios les dice: NO TENGAN MIEDO
Papa Francisco, Lisboa 2023
Cuando las obras de amor las llegas a hacer de modo egoísta, la luz se apaga.
El segundo verbo es escuchar. Escucha. Todo está en esta palabra. Escucha. Escuchar a Jesús. Él tiene palabras de vida eterna. El revela que Dios es Padre. Escuchamos porque Él te va a decir cuál es el camino. El amor.
La tercera palabra es NO TENER MIEDO, que se repite tanto en la Escritura. No tengan miedo. En el momento de la Transfiguración, igual. Ustedes, jóvenes, que cultivan sueños grandes, aunque a veces frustrados por el temor, tentados por el desánimo o por intentar esconder el dolor…
A ustedes, que quieren cambiar el mundo, y está bien que quieran cambiar el mundo… A ustedes, que le ponen ganas a la vida, pero a veces no es suficiente; ustedes son el presente y el futuro. Precisamente, a ustedes jóvenes, Dios les dice: NO TENGAN MIEDO.
NO TENGAN MIEDO.
Jesús mismo nos está mirando en este momento. El nos conoce. Conoce el corazón de cada uno. Las alegrías, las tristezas, los éxitos, los fracasos. Y está aquí , en Lisboa, en esta JMJ. NO TENGAN MIEDO.
No nos volvemos luminosos cuando mostramos una imagen perfecta. Aunque nos sintamos fuertes… Nos volvemos luminosos y brillamos cuando, acogiendo a Jesús, aprendemos a amar como Él. No tengáis miedo.
¡Gran noticia! El Papa nos espera en Roma el año 2025. ¡Y en Seúl 2027 para la próxima Jornada Mundial de la Juventud!
Marchamos y comemos de camino al bus. Los conductores nos recogen sobre las 15.00 para un largo viaje, que termina trece horas después. Este viaje también deja espacio para compartir testimonios, oración y sueños. Como lo hacen también nuestros hermanos de la Convivencia Conexión JMJ desde Zaragoza.
Estamos tan juntos que, con nuevos y antiguos amigos, que hemos conocido más en profundidad, no queremos separarnos. Ya hemos quedado el día 23 de septiembre para un reencuentro. Y llegamos a Zaragoza sobre las cuatro de la madrugada.
Una experiencia sin igual merece mucho reposo y, sobre todo, acción de gracias. Al Jefe, a nuestras diócesis, a nuestros obispos y a sus delegaciones de Juventud. Todos ellos hacen esto posible. También cabe agradecer la disposición de los jóvenes y el «coraje» -en palabras del Papa- de una Iglesia que sale de sí como lo hace María cuando visita a su prima. Nosotros también estamos llamados a levantarnos y partir sin demora. ¡Sin miedo! Contemos, anunciemos lo que hemos vivido: unos días en familia que, ahora ya, son para siempre.
