Buenos días, ¡qué ilusión! La emoción puede palparse en el ambiente. Hoy es el día en que veremos al Papa Francisco. ¡Tenemos muchas ganas!
Comenzamos la mañana disfrutando de un rise up para conectar con Dios, con los demás y con nosotros mismos. En esta ocasión, para esta combinación de «oración + catequesis + Misa», nos acompaña el cardenal O’Malley, de Boston. Habla un casi perfecto español.
En cuanto termina la mañana en Cascais, saciados con el alimento eucarístico, marchamos con cierta prisa a Lisboa. No en vano el himno de la JMJ Lisboa 2023 se titula ‘Hay prisa en el aire‘. Llegamos bien al tren y el viaje dura casi una hora. Sin embargo, el gozo de lo que estamos viviendo impregna cada momento y se hace corto.
Nos brillan los ojos porque el Papa se acerca. Y lo vemos por las pantallas. Y se acerca al parque. Y gritamos, excitados por el encuentro con el Vicario de Cristo en la Tierra, nuestro Francisco. El hombre que encarna hoy a Dios en la tierra, tan humildemente. Ya llega.
«¡Francisco I, te quiere el mundo entero!». «¡Esta es la juventud del Papa!». Son algunos de los cánticos que más suenan. Y queda lo mejor: el hermano de Ángelo, uno de nuestros jóvenes músicos, es parte del ensemble que actúa para el Papa. ¿Su nombre? Álvaro Niño Cantando. Le ha escrito una carta al Santo Padre y se la lee delante de todos los jóvenes de Cristo en el mundo, aquí presentes. Destaca: «El mismo Dios me rescató como oveja perdida y me ayudó a sentirme amado y aceptado nuevamente».
Somos todos pecadores, pero somos amados así como somos.
Papa Francisco, Lisboa 2023
¿Y las palabras del Papa? Ahí va una pequeña transcripción:
Todos fuimos llamados por nuestro nombre. Has sido llamado por tu nombre (x3). Ninguno de nosotros ha sido cristiano por casualidad. Todos fuimos llamados por nuestro nombre. Hemos sido llamados. ¿Por qué? Porque somos amados.
Queridos Jóvenes, en esta JMJ, ayudémonos unos a otros para conocer esta realidad. Escuchemos a Dios. Somos amados como somos. Sin maquillaje. ¡Digan eso! Con el nombre de cada uno de nosotros. Amigo, amiga, si Dios te llama por tu nombre significa que para Dios ninguno de nosotros es anónimo. Somos un rostro. Una Palabra.
El confía en ti. El confía en cada uno de vosotros. Cada uno de ustedes le importa. Y ese es el hecho. Somos todos pecadores, pero somos amados así como somos. Somos amados como somos. Con los problemas que tuvimos. Con las limitaciones que tenemos. Con nuestra alegría desbordante. Con nuestras ganas de ser mejores. Somos amados como somos. Somos la comunidad de hermanos y hermanas de Jesús, hijos e hijas del Padre.
En la Iglesia hay espacio para todos. Para todos. ¡Ninguno sobra! Todos juntos: ¡TODOS, TODOS, TODOS! [corea la audiencia]. En este día, cada uno de nosotros admite el lenguaje del amor. Dios nos ama. Dios nunca se cansa de preguntar. Si hay pregunta, hay respuesta. Las preguntas son mejores que las respuestas.
DIOS LLAMA POR SORPRESA. Dios nos ha llamado. Dios nos llama como somos. Para eso tenemos una gran ayuda: la Madre del Señor. Ella es nuestra madre también. No tengan miedo. Tengan coraje.
