JMJ23 II: Reflejos de la Luz

Luis Sierra
28 de julio de 2023

Comenzamos la segunda jornada de esta aventura. ¡No perdemos de vista Lisboa! Eso sí, disfrutamos cada paso, con nuestras familias de acogida, nuevos amigos, y una organización de Pastoral Juvenil y Vocacional (PJV) que se desvive.

Hoy nos toca gozar de una mañana extraordinaria en la playa. Oración, música, mar, palmas, juegos y chiringuito. Se respira un ambiente indescriptible.  

La auténtica amistad refleja el amor más grande

Aprovechamos para comer allí, rodeados de mar y naturaleza. Lo hacemos tras recibir el kit de bienvenida que nos reserva el destino de hoy. Una camiseta, una cantimplora y una gorra son algunos de los obsequios que nos hace Pombal (Leiría, Portugal), una ciudad de 16.000 habitantes fundada en el siglo XII por los templarios.

Pombal es uno de los municipios que hoy acoge a miles de peregrinos llegados de distintas partes del mundo. Y nos recibe con los brazos abiertos. Nos esperan escenarios que, como buenos españoles, no tardamos en llenar de arte.

Las sevillanas que baila una zaragozana valen por dos

Sobre las cinco de la tarde, Mons. Carlos Escribano se reúne con Pedro Pimpão en un encuentro institucional. Pimpão (Pimpón, en español) es el alcalde y se nos presenta posteriormente inaugurando un evento de bienvenida, en el que nos ponemos cara entre los cristianos de muchas partes del mundo: norte, sur, este y oeste. ¡Menudo escenario! Es enorme.

Aquí conocemos al párroco de la ciudad, João Paulo Vaz. Él es, además, el autor del himno original de la JMJ de Lisboa: ‘Hay prisa en el aire’.

Esta es su versión en castellano

También es en este espacio donde una pequeña representación de cada grupo se presenta ante el resto entre aplauso y aplauso. Como siempre, nuestra delegada de PJV, Raquel Lucea, levanta el ánimo de todo el público. Lo hace coreando que «la juventud es lo mejor que tiene Cristo», de la mano de la presentación de lo que significa Zaragoza, «ciudad de la Virgen del Pilar». Ella es, sin duda, lo más grande que tenemos. Y, cómo no, es la que «nos envía» a partir sin demora.

Raquel dejando el pabellón bien alto

Finalizamos el día cenando en un colegio local y alimentándonos del Pan de la Palabra y de la Eucaristía en la Santa Misa. Le sigue una hermosa procesión sin igual en la historia de Pombal, con millares de jóvenes de todas partes portando su vela, signo de la Luz que habita su corazón, a la espera del encuentro en Lisboa.

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