Opinión

Jaime Urbizu

Apóstol de los jóvenes

22 de marzo de 2018

El pasado domingo dos compañeros del seminario y yo fuimos instituidos lectores y acólitos por parte de don Vicente. Una gran ocasión para invitar a familia y amigos a tal evento.

Cuando íbamos en la procesión de entrada miraba de reojo a mí alrededor, y para mi alegría veía mucha gente joven, conocidos y desconocidos, familia y amigos. Chicos y chicas de muchas edades, pero jóvenes.

Lo primero que se me vino a la cabeza fue el lema del #DíaDelSeminario de este año “apóstoles de los jóvenes”. Hay muchos buenos jóvenes. Pero hoy en día casi parece tabú, hasta para los cristianos, decir que hay jóvenes que creen en Dios. Pero los hay. Yo lo vi. Y lo veo.

Y en ese momento me sentía un poco como el lema, apóstol de mis amigos, apóstol de mi familia, apóstol de los jóvenes. Aunque en muchos aspectos son ellos los que hacen apostolado con nosotros, conmigo. Porque cuando el sacerdote, el seminarista, el apóstol da, recibe siempre mucho más.

Y en este punto remito a la cuestión de la amistad. Primero tienes, tenemos, que ser amigos de nuestros amigos. Imagínate el siguiente lema: “Amigos de los jóvenes”.

Pero ya no solo por ser apóstol de tus amigos, sino porque tu creces con ellos, yo crezco con ellos. Ya lo dice el refrán, quien tiene un amigo tiene un tesoro. Por eso el lema de la campaña del #DíaDelSeminario bien podría ser “amigos de los jóvenes”, o bien “apóstol de los amigos”, o incluso “recolector de tesoros”.

Por no enrollarme más solo animarte, y animarme, a quedar con ese amigo al que le debemos una cerveza, con ese que quiere ir al cine, con el que quiere ir de tapas, con el de los chistes, con el que sea. En fin, ser apóstol de los jóvenes.

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