El sábado 11 de Febrero, en la Casa de la Iglesia, 150 catequistas de toda la Diócesis se reunieron para celebrar la XXI Jornada Diocesana de formación de catequistas con el título A LOS 50 AÑOS DEL RICA. A VUELTAS CON LA CATEQUESIS DE ADULTOS Y LA INSPIRACIÓN CATECUMENAL DE LA CATEQUESIS.
La Jornada comenzó con un vídeo que recogía toda la actividad catequética del curso. La oración, “Señor, dame de beber”, fue un primer encuentro con el Señor, junto al pozo, que nos ambientó toda la mañana.
Tras el saludo de nuestro Arzobispo D. Carlos a los catequistas, el delegado, D. Sergio Pérez Baena, nos dio la bienvenida y presentó a D. Adolfo Ariza Ariza, delegado de la diócesis de Córdoba.
La mañana transcurrió en dos momentos. En su primera intervención D. Adolfo nos presentó el Ritual de la Iniciación Cristiana de Adultos, que se enraiza en el Concilio Vaticano II y hoy descubrimos como marco de una catequesis de inspiración catecumenal. Es el papa Francisco quien en su exhortación apostólica Evangelii gaudium destaca la necesidad de ofrecer un primer anuncio antes de iniciar cualquier proceso catequético y de cuidar una iniciación mistagógica, que hace referencia directa a las catequesis mistagógicas del catecumenado primitivo de los Santos Padres. También destacó cómo el Directorio para la Catequesis (2020) presenta el catecumenado como “fuente de inspiración para la catequesis” (DC 61-65).
En su segunda intervención, D. Adolfo nos habló de la relación catequesis y Liturgia. La inspiración catecumenal de la catequesis nos interpela sobre la educación litúrgica de nuestras catequesis y la celebración de los sacramentos. Liturgia y catequesis tienen una fuente común: Jesucristo muerto y resucitado. La profesión de fe es el vínculo de unión de la catequesis y la liturgia. Es necesario cuidar la iniciación litúrgica de nuestras catequesis.
Tras una comida fraterna y sabrosa en el Colegio de San Vicente de Paúl, reanudamos nuestra Jornada, a las 16 horas con una visita a la Basílica de Santa Engracia. Agradecemos a su párroco y a su guía este momento que culmina la Jornada con la conciencia de regresar a nuestras raíces en la fe. Los mártires están en el origen de nuestra vocación y de la urgencia del testimonio que todos los cristianos estamos llamados a ofrecer.
Fue un momento especialmente significativo para todos los catequistas la “Entrega del Credo”, que se hizo en torno al baptisterio más antiguo que se conoce en nuestra diócesis. Esta Profesión de fe es la que sostiene la vocación del catequista como testigo, maestro y mistagogo, acompañante y educador (DC 113).
¡Gracias amigos por vuestra participación y vuestro entusiasmo! ¡ADELANTE!
Delegación episcopal de Catequesis de la Archidiócesis de Zaragoza
