El pasado sábado, 14 de enero, tuvo lugar una sesión extraordinaria de los consejos diocesanos, el diocesano de pastoral y el presbiteral, con un objetivo muy concreto: discernir juntos y a la luz del Espíritu Santo algunos elementos que deben seguir reflexionándose en la próxima Asamblea Sinodal. El que se reuniesen ambos consejos en una sesión conjunta, es un hecho inédito hasta ahora en nuestra diócesis. Esta convocatoria se ha convertido en expresión de esa comunión a la que nos llama de modo singular el proceso sinodal. A la vez nos permite vislumbrar horizontes ilusionantes en nuestro discernimiento comunitario, destinado a encontrar nuevos caminos, a la luz del Espíritu, en nuestros retos evangelizadores.
El trabajo que se realizó en el encuentro acogió la reflexión hecha por algunos grupos sinodales, que trabajaron conforme a la propuesta hecha en el documento de trabajo para la etapa continental. Trabajo que también se pidió que hiciesen los consejeros, antes de la celebración de la reunión. Este trabajo animaba a la lectura orante del documento para dejar resonar intuiciones y experiencias ya presentes en nuestra Iglesia de Zaragoza o bien algunas que podrían resultar novedosas. También proponía el descubrir tensiones o divergencias que pueden presentarse como interrogantes en las próximas fases del proceso. Para culminar con la siguiente petición: “Mirando lo que surge de las dos preguntas anteriores, ¿cuáles son las prioridades, los temas recurrentes y las llamadas a la acción que pueden ser compartidas con las otras Iglesias locales de todo el mundo y discutidas durante la Primera Sesión de la Asamblea Sinodal en octubre de 2023?” (Documento para la etapa continental 106)
El resumen de las aportaciones hechas en nuestra diócesis, serán remitidas al grupo de trabajo sinodal de la Conferencia Episcopal Española. El próximo 28 de enero tendrá lugar una Asamblea nacional sinodal, donde se podrán en común las aportaciones realizadas en las distintas diócesis y se discernirá sobre las cuestiones que se planteen. Las conclusiones del encuentro se llevarán a la Asamblea Continental europea que tendrá lugar en Praga del 5 al 12 de febrero. La idea es que cada asamblea continental redacte su propio documento final, afrontando las tres cuestiones señaladas anteriormente desde su propio contexto específico. Los documentos finales serán presentados por cada grupo de trabajo continental a la Secretaría del Sínodo en el mes de marzo. Sobre la base de los documentos finales de las asambleas continentales, se redactará el Instrumentum laboris en el mes de junio y que servirá como marco de referencia y de trabajo para el encuentro de octubre.
Seguimos en Sínodo. Seguimos trabajando por una Iglesia sinodal: comunión, participación y misión. ¡Ven Espíritu Santo!