Cada 6 de enero, la Diócesis de Tarazona celebra el Día de la Misión Diocesana en Cochabamba con el objetivo de recordarnos a todos cuál es la labor de la diócesis en ese país y lo que se ha conseguido hasta ahora. En este 2023, al cumplirse 30 años desde su comienzo, hablamos con los sacerdotes Florián Cuenca y Vicente Patzán, que desarrollan su labor pastoral en la misión.
Empezamos por la experiencia personal de ambos en la misión.
-Florian: ¿Cómo han sido estos cuatro años en la Misión de Cochabamba?
Mi experiencia aquí ha sido y sigue siendo muy enriquecedora. En la parroquia de Santa Mónica de Cochabamba es
donde más plenamente y con más sentido he ejercido mi ministerio. Un ministerio dedicado a los más pobres que
son los que más enriquecen y dan sentido a la misión del sacerdote dentro de la Iglesia. En la parroquia de santa Mónica he vivido y estoy viviendo con más intensidad lo que es una Iglesia en Salida. Una Iglesia que mira y trata de dar respuesta evangélica y evangelizadora a las situaciones periféricas que viven muchas personas y, especialmente, las más vulnerables. Cualquier pequeño apoyo que se dé a un niño o a la familia de ese niño se convierte en un gesto liberador y evangelizador que les hace sentirse más queridos por Dios. Las guarderías, el comedor, el Centro Jerónimo Usera de las hermanas del Amor de Dios, junto con los colegios e instituto tecnológico, que atienden los hermanos Maristas, centro de día para ancianos, acogida a mujeres maltratadas, cursos de costura y de gastronomía hacen que muchos niños, adolescentes y adultos, de familias desfavorecidas, puedan acceder a una educación y alimentación adecuada, mejora de su calidad de vida que no la tendrían sin estas instancias. Todo esto hace que la oración, celebración de sacramentos, catequesis, etc. adquiera, para mi ministerio, un sentido evangelizador misionero de primera calidad evangélica.
-Vicente: Lleva ya casi un año ¿cómo ha sido la experiencia?
En realidad, llevo aquí en Cochabamba ocho meses. Mi experiencia durante estos pocos meses son muy bonitas,
la gente es muy acogedora. Y en relación a la misión que se realiza aquí en la Parroquia Santa Mónica, pues es muy reconfortante para mí y es que gracias a todas las personas que colaboran en nuestra Diócesis de Tarazona, se puede llevar a cobo esta misión y la ayuda que se ofrece a niños y familias que de verdad lo necesitan. Mi poca experiencia es esa, de ver a las familias agradecidas que reciben la ayuda, pero también está la otra parte, el no poder llegar a
todas las personas.
–Se cumplen 30 años de la misión ¿cómo es valorada por la gente de allí?
La gente de aquí valora y aprecia todo lo que se ha hecho y se hace como algo muy valioso para sus vidas, que
proviene de la caridad solidaria de la Diócesis de Tarazona.
-Uno de los principales objetivos de esta misión es el anuncio del Evangelio. ¿Cómo se hace?
Se hace a través de las instancias y recursos que antes he mencionado. Todo lo que se hace por el desarrollo humano y social de las personas y familias ya es, en sí, evangelizador. A esto se le une el que, en todas estas instancias educativas y sociales, se hace explícita la educación del sentido religioso y de fe. Y a esto hay que añadir toda la tarea pastoral que se realiza en el interior de la parroquia: celebración de sacramentos, catequesis para todas las edades, grupos de biblia, Cáritas, etc. Todo eso, conjuntamente, hace que la parroquia viva una verdadera pastoral misionera en salida.
-El proyecto “Pon un niño en tu mesa” es el más destacado, gracias al cual pueden comer muchos niños por
las aportaciones de muchos fieles de la Diócesis ¿Cuántos niños reciben ayuda gracias a esta iniciativa en la actua-lidad?
Entre los niños de las guarderías que desayunan y comen en ellas, y el comedor en que acuden a comer después o antes de las clases de los colegios, podríamos contar unos doscientos niños y adolescentes.
–¿Qué les dirían a todas las personas que ayudan?
Están realizando una labor caritativo-social-misionera de primera calidad. Pueden escuchar las palabras de Cristo: “lo
que están haciendo a uno de estos, me lo están haciendo a mí”. Gracias a su necesaria ayuda muchos niños y adolescentes tienen una alimentación que les libera de la desnutrición o inadecuada alimentación. No cabe duda de que la buena alimentación es necesaria para el adecuado ejercicio de las demás dimensiones de la persona. Pero, además, con su ayuda se ofrece apoyo extraescolar a los que van al comedor y a todos apoyo psicológico y médico, también muy necesario.
-¿Cómo animarían a que colabore más gente?
Se puede hacer de muchas formas pero, desde la misma diócesis se puede animar a tomar conciencia de la importancia eclesial y social que tiene esta misión diocesana en Cochabamba.
-Desde hace unos años está presente la Fundación Lavilla-Montón en la Misión de Cochabamba. ¿Cuál es su
labor?
Su labor es estar al tanto de las necesidades económicas que supone toda la labor social que se realiza en las guarderías y comedor, de cara a darles respuesta y cubrirlas según sus posibilidades. Aprovechamos para agradecer de corazón toda la atención, preocupación y ocupación que realizan los miembros de la Fundación Lavilla-Montón para tratar de cubrir económicamente, junto con la Diócesis, el costo, muy elevado, que suponen todas las actividades sociales que se realizan.