En los dos monasterios de vida contemplativa femenina de nuestra diócesis, las Capuchinas de Barbastro y las Clarisas de Monzón, el Adviento es tiempo de mucho trabajo en sus obradores artesanales. Las primeras tienen en el mazapán su referencia principal, aunque la oferta de dulces que sale del barrio del Entremuro incluye otras elaboraciones como magdalenas, perrunillas y damianitas, glorias, princesitas, bombones, yemas y roscos, además de galletas con formas navideñas. Todos sus productos se comercializan bajo la denominación Dulce Nombre y los pedidos se pueden realizar por teléfono (974 310 790 / 659 134 473) o por correo ([email protected]).
El producto estrella de las Clarisas de Monzón son panettones, un postre tradicional italiano que elaboran en piezas de medio kilo. Es la elaboración más reciente entre una producción que no olvida la tradición más local, la de los empanadones de calabaza, tan frecuentes en las mesas altoaragonesas y que solo hacen por encargo. De este monasterio salen siete variedades distintas de turrón -de chocolate blanco, negro, con almendra, de jijona, nuez, yema y de frutas-, además de una variada gama de exquisiteces como mazapanes, polvorones, mantecados, roscos de vino y pastas de navidad. Para conseguir alguna de estas preparaciones es preciso acudir a su torno, contactar por teléfono (974 417 784) o por correo electrónico ([email protected]). También venden en tiendas de Monzón, Binéfar y Zaragoza.