En el cuarto domingo de Adviento, y de la mano de la Agrupación Scout San Jorge de Binéfar, ha llegado a la Unidad Pastoral de Barbastro la Luz de la Paz de Belén. Por primera vez, con un planteamiento sinodal, ese reparto se ha centralizado en la S.I. Catedral y ha coincidido con la misa que cada tercer domingo de mes celebra la Cofradía del Santísimo Sacramento – la Minerva-, seguida de la procesión claustral con el Santísimo Sacramento y posterior bendición.
El párroco moderador de la unidad pastoral, Joaquín Trujillo, ha hablado en su homilía de la necesidad de iluminar la oscuridad exterior pero, sobre todo, la interior. Aludiendo al camino recorrido en el Adviento, a Isaías y Juan el Bautista, se ha detenido en la figura de María, «la que creyó», y san José, «el hombre justo por excelencia». Y de nuevo aludiendo a la luz, el sacerdote ha recordado el cántico de Zacarías -«Nos visitará el sol que nace de lo alto»-, hermosa expresión de la Natividad a la que nos acercamos. En ese sentido ha animado a los presentes a conservar la Luz de Belén y tenerla ese 25 de diciembre en cada mesa.
Loreto Montañes y Pedró Farre han ido encendiendo los faroles que portaban representantes de la Cofradía del Santísimo Sacramento, la Catedral, la iglesia de San Francisco, la iglesia de San Josemaría, la Casa de la Iglesia, las Capuchinas, las Siervas de María, la iglesia de la Esperanza del Entremuro, las Hermanitas de los Ancianos Desamparados y los colegios Escolapios y San Vicente de Paúl. Todos han participado en la procesión claustral, antes de la bendición, y del reparto de la luz a cuantos fieles han querido llevarla a sus hogares.
