Ana Moreno: «Escuchar a Chiara era un chute de fe, energía y pasión tremendo”

Rocío Álvarez
8 de marzo de 2018

‘Espiritualidad de la unidad’, ‘cultura de dar’, ‘Jesús abandonado’, ‘Jesús en medio’, ‘Mariápolis’…. Son algunos de los muchos términos por los que podríamos conocer a los Focolares, un movimiento que está de aniversario. Este año se cumple una década de la muerte de la fundadora, Chiara Lubich (Trento, 1920). En este marco se celebran en Zaragoza dos actos: una mesa redonda para dar a conocer el legado social de Lubich y una misa de acción de gracias en la cripta de Santa Engracia

Ana Moreno es periodista y miembro del movimiento focolar de Zaragoza.

En la comisión del movimiento de los focolares en Zaragoza se encuentra Ana Moreno, esposa y madre de familia, periodista de Aragon TV, y colaboradora en ‘Ciudad Nueva’, la revista del movimiento. Se convierte por ello, en el rostro perfecto para dar a conocer este movimiento de la Iglesia, coincidiendo con el décimo aniversario de la muerte de Chiara Lubich.

Una experiencia vital

“Mis padres eran miembros del movimiento. He nacido con él y lo llevo en la sangre”. Ana, desde pequeña, ha oído hablar de Jesús, el Evangelio, amar al otro… Y ya de niña ha vivido encuentros en Roma, con niños de todo el mundo.

“Siento el compromiso de que yo puedo hacer algo por mejorar el mundo”. Su profesión le permite responder con sensibilidad ante la injusticia social. Por eso, en las noticias le gusta dar voz a los olvidados.  “Soy reportera de Aragon TV y también escribo en la revista del movimiento ‘Ciudad Nueva’. En el ambiente de trabajo me gusta acallar la crítica, pienso que todos somos un equipo”, afirma.

“Cuando nos casamos, dijimos que queríamos ser una familia abierta a todos”, y así ha sido. Su hijo Daniel ya vive esto, él ve toda la gente que entra en su casa de distintas edades, tan diferente… Ella y su marido son miembros de la comisión del movimiento en Zaragoza y por eso han tenido varias reuniones en su casa. “En la preparación de la ‘Mariápolis’ también andamos metidos, la web la hemos hecho nosotros. Además, Marcos y yo estamos en el grupo de catequesis de familias en la parroquia de Montecanal con Rubén, el párroco. Una vez al mes, mientras los hijos están en catequesis de comunión, hacemos catequesis familiar con los padres. ¡No paramos!”, exclama con una sonrisa. Y añade: “Me siento muy afortunada de haber tenido la oportunidad de vivir tantas experiencias de vida”.

El legado de Chiara

La figura de la fundadora le impactó con fuerza: “Chiara era muy grande. Yo la he podido escuchar en muchos congresos Gen (íbamos a Roma una vez al año al encuentro internacional) y escucharla era un chute de fe, energía y pasión tremendo”.

Le pregunto por la esencia del movimiento. Ella me responde que puede resumirse en la cita del Evangelio que ya inspiró a la fundadora: “Que todos sean uno”. Chiara escribió en el 2000: “Fue la oración de Jesús antes de morir. Por su presencia entre nosotras y por un don de su Espíritu, me pareció comprender algo de esas palabras difíciles, y nació en mi corazón la convicción de que habíamos nacido para esa página del Evangelio: para la unidad, es decir para contribuir a la unidad de los hombres con Dios y entre sí”.

Hay otros aspectos básicos del movimiento. Por ejemplo, amar a ‘Jesus abandonado’. Ante la pregunta de un joven, Lubich explica: “El mundo está lleno de consumismo, materialismo, secularismo, hedonismo…. y nosotros tenemos que vencerlo. Cuando me veo ahogado con estos ‘ismos’, es Jesús abandonado, abraza este bloqueo, porque él también se sintió así: “¡Oh Dios Mío! ¿por qué me has abandonado?”, para luego decir: “In manos tuas, domine”. Nosotros tenemos que hacer lo mismo. También vemos a Jesús abandonado en los demás porque vemos que los demás sufren. Nosotros tenemos que estar con todos para quitarles ese dolor… el dolor de los demas es mío, yo tengo que asumirlo por amor a Jesús abandonado“

‘Jesus en medio’ es otro principio que rige la vida de los focolares, basado en la cita evangélica “Donde dos o más se reúnen en mi nombre…”. Donde dos o más… sean quienes sean. Todos podían, o mejor, debían unirse en el nombre de Cristo. “Al vivirlas” señala la fundadora, “hemos visto caer barreras en todos los frentes“.

Un mundo unido es posible

Todo este legado espiritual, se suma al económico y político que a lo largo de su vida dejó Lubich al mundo. Con el objetivo de hacerlo visible, el próximo sábado 17 de marzo tendrá lugar una mesa redonda en el Centro Joaquín Roncal de Zaragoza (San Braulio, 5-7) en el que intervendrán ponentes del ‘Movimiento Político por la Unidad’ y de la ‘Economía de comunión’ (EdC), Desde el movimiento quieren demostrar que es posible avanzar hacia un mundo unido en la riqueza de su diversidad. Por su parte, EdC propone una cultura económica caracterizada por la comunión, la gratuidad y la reciprocidad.

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