La Hospitalidad Diocesana de Nuestra Señora de Lourdes ha hecho un balance muy positivo de su XXV Peregrinación al santuario francés, que este año reunió a unas 250 personas de Barbastro-Monzón. Así ha resumido la experiencia una de las participantes en esta emocionante cita, la binefarense Sandra Casado.
«Siempre se nos pide compartir unas palabras cuando la peregrinación termina. Mirar en nuestro interior y pensar qué nos llevamos puesto. El primer pensamiento es, por supuesto, para nuestra Madre y su agua, eso siempre. Se nos queda dentro como curación para el alma. La suavidad de su Gruta desgastada y su Imagen Coronada.
Nos llevamos la voluntariedad hospitalaria. La fe contenida y cantada. La luz y el olor de las velas susurrándole nuestras más íntimas intenciones. Y Ella allí, recibiéndolas.
Nos llevamos la alegría de ver a los jóvenes acompañando serena y empoderadamente a nuestros mayores. Emocionados de ser todos comunión y hermandad.
En general, la gratitud y fortaleza de los enfermos, con esas sonrisas cómplices que no necesitan palabras. Con miradas peregrinas que no saben de idiomas pero que conectan almas.
Pero en este 2022 nos llevamos algo mucho mas valioso para todos: la valentía de los peregrinos. Nada podía negarnos visitar a nuestra Señora. Necesitábamos respirar su brisa y dejarnos acariciar por Ella. Ninguna pandemia iba a pararnos. Ningún virus iba a impedir los abrazos, los apretones de manos, estar juntos de nuevo. Hemos sacado pecho y fuerza y hemos dejando el miedo de lado. Jóvenes, mayores, enfermos, religiosos y voluntarios. ¡Peregrinos VALIENTES todos!
Este 25 aniversario ha sido el de los valientes con mayúscula. La Virgen quiere esa valentía cada día. En nuestras tareas cotidianas, en lo que esté a nuestro alcance. Que tiremos, con su ayuda y sin pereza, de este carro complicado que es la vida.
Os deseo de corazón salud a raudales, y recordar que a Lourdes no se va, se regresa. Y se regresa tocado y valiente. Un recuerdo emocionado a los peregrinos de todo el mundo, que vieron truncada su vida y la de sus seres queridos durante estos dos años largos de crisis sanitaria. Rezamos por ellos.
Gracias a todos por la magnífica experiencia.
Gracias infinitas a los organizadores.
Gracias a Don Ángel.
¡Qué valientes habéis sido! ¡Qué suerte la nuestra teneros!»
S.C.
