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Gregorio Hierro: «La nueva evangelización requiere de un trabajo conjunto de todas las confesiones cristianas»

Rocío Álvarez
18 de enero de 2022

En una entrevista muy reveladora, Gregorio Hierro nos cuenta, con verdadera pasión y brotando de una fuerte conversión personal, su vínculo con el Ecumenismo y la importancia de éste en la época que nos ha tocado vivir. Todo ello, en el contexto de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos (SOUC), que empieza hoy, 18 de enero y concluye el próximo día 25.

Gregorio Hierro, tras la entrevista, sostiene el folleto de la SOUC.

¿Cuánto tiempo llevas en el campo del ecumenismo y qué es lo que más te atrae de él?

Me enrolé en el mundo ecuménico primero por una cuestión académica -aparte de militar,soy historiador y mi especialidad es el siglo XVI. Estudiando las causas de la Reforma, me di cuenta de que la Europa actual, donde el consumismo y materialismo están muy presentes, los cristianos de distintas confesiones, los cristianos de diferentes confesiones tenemos mucho en común. Me atrajo tratar de superar esa ruptura. Es cierto que hay diferencias serias -si no, no estaríamos hablando de esto-, pero eso no debe impedir que podamos trabajar en muchas cosas juntos. 

¿Qué puede hacer el movimiento ecuménico en Zaragoza hoy?

Lo que nosotros llamaríamos el ecumenismo de vecindad. Las cuestiones teológicas no son nuestra misión, para eso existen otros organismos como ‘Fe y constitución’, la Santa Sede o el Pontificio Consejo para la Unidad de los Cristianos. La misión que sí puede tener nuestra delegación es contactar con gente de diferentes confesiones, colaborar en aquellos asuntos que podamos, ayudarles porque muchas veces se junta ecumenismo e inmigración…

¿Qué propósitos tienes para la delegación en este primer año en el que te has hecho cargo de ella?

Me gustaría que cada año hubiera una confesión más  de las que hay en Zaragoza trabajando juntos. Este año va a haber una confesión más, así que objetivo cumplido. Yo me conformaría con eso. Eso sí, siempre he tenido en cuenta una cosa: en el trabajo ecuménico hay que buscar cooperación, a base de acuerdos. No debe de haber un dirigismo. La delegación debe estar para ayudar, para trabajar juntos, no para liderar.

Durante la SOUC se percibe una buena relación entre las diferentes confesiones cristianas presentes en la diócesis, ¿cómo se trabaja esta relación el resto del año?

Hay confesiones cristianas que no tienen ese carisma ecuménico y con las que no tenemos contacto -ese es mi trabajo. Algunas son muy reticentes por prejuicios, resentimientos con respecto a la Iglesia católica…

Otras confesiones, sobre todo las de la primera reforma -luteranos, anglicanos, reformados y ortodoxos- sí que son más proclives a trabajar juntos. Hacemos varias cosas a lo largo del año. En octubre celebramos un acto ecumenico inaugural de la delegación al que asisten los pastores que trabajan con nosotros. Después, participamos en unas vísperas de Adviento en la iglesia ortodoxa rusa de San Alexander Nevski. Estas vísperas son tradicionales y las vamos celebrando cada año en distintos templos. En enero tenemos la SOUC. También celebramos juntos la Pascua. El año pasado lo hicimos con un Vía Lucis en el monasterio de las canonesas y cada una de las estaciones las preparó una confesión. Y para finalizar, siempre hacemos una convivencia de fin de curso, aunque desde la pandemia no se ha podido hacer.

No debe de haber un dirigismo. La delegación debe de estar para ayudar, para trabajar juntos, no para liderar

Además, hay dos grupos ecuménicos en Zaragoza.

Así es. Uno de ellos está formado exclusivamente por católicos, en el templo de la Esperanza. Otro grupo, en el que estamos mi mujer y yo, está en la parroquia de San Miguel y es interconfesional. Los dos animadores son la parroquia de San Miguel y la Iglesia Reformada de Aragón, de tradición calvinista. Este grupo empezó a trabajar hace doce años. Elaboramos unos programas y hemos tratado asuntos artísticos, otros doctrinales en el sentido de la aplicación por cada uno de los grupos por su liturgia, siempre desde el punto de vista de la información y del conocimiento, nunca de la confrontación ni de tratar de convencer a nadie. Hemos hecho salidas juntos. Es un grupo, ahora mismo, más parado por la pandemia. En febrero si Dios quiere tendremos la próxima reunión. En este grupo han participado católicos, protestantes de distintas denominaciones y ortodoxos y gracias a él ha surgido una verdadera amistad entre nosotros. Nos hemos quitado muchos prejuicios todos y nos ha dado muchas satisfacciones porque hemos visto el respeto de unos por otros.

¿Es preciso difundir una mayor cultura ecuménica?

Es un momento crucial para hacerlo. Los obispos de la subcomisión para las Relaciones Interconfesionales y Diálogo Interreligioso lo dicen así: “Se trata de una recuperación, un objetivo irrenunciable de la nueva evangelización, que  al mismo tiempo pugna por recobrar a cuantos en Occidente son víctimas de la ideología del materialismo relativista, que ha conducido a amplios sectores de la sociedad al agnosticismo y a la pérdida de la conciencia moral cristiana. (…) La nueva evangelización es tarea de todos, y la misión requiere hoy de las iglesias y comunidades un trabajo conjunto”. 

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