La Diócesis de Barbastro-Monzón ya está «en clave Sínodo»

Ascen Lardiés
18 de octubre de 2021

La Diócesis de Barbastro Monzón se pone «en clave sínodo, de caminar juntos», resumió el obispo en la eucaristía de apertura de la fase diocesana del Sínodo de los Obispos, que acogió el pasado día 17 la Catedral de Barbastro. Buena parte del presbiterio diocesano, religiosos y religiosas, y seglares de los cuatro arciprestazgos participaron en una eucaristía cuajada de signos. El primero, el que gráficamente construyeron cuatro laicos, aportando cada uno una pieza del logotipo sinodal: el lema, el pueblo que camina, el árbol y el sol. Juntos conformaron, junto al altar, la imagen que representa este Sínodo de la sinodalidad.

«Nos ponemos en clave sínodo», comenzó en su homilía el obispo, Ángel Pérez. «Es tiempo de caminar con todos, el diferente con el igual, el igual con el diferente, porque lo que importa no es cómo eres sino la dirección en la que caminas», afirmó. Don Ángel dijo e instó a decir no a chiringuitos, individualismo, caciquismos, cortijos, clericalismos, prepotencia … y una lista de posiciones contrarias al significado de «caminar juntos en unión, en corresponsabilidad, fraternidad, en diálogo, en transparencia. La sociedad nos necesita de manera significativa.»

El prelado pidió perdón a todos aquellos que se hayan podido sentir heridos, ninguneados e incluso no queridos por la Iglesia. «Reconocemos con humildad los errores, de los que también aprendemos. Vivimos tiempos recios. No solo la Iglesia, toda la sociedad», añadió, recordando el único modo de salir de esta situación: «a través de la fidelidad, de la valentía de decir yo también soy cristiano. Y eso es entrar en clave de sínodo, para seguir impulsando la revolución de la ternura.» En este sentido, subrayó que cada persona es «importante, única y necesaria, porque en la orquesta cada uno toca un instrumento y todos son imprescindibles».

«El Papa nos está ayudando a descubrir otro modo de ser personas, de ser creyentes, de ser Iglesia», prosiguió, animando a «amar hasta que duela» y a servir a los demás a través de los diversos servicios que cada uno puede prestar en la Iglesia. Así, agradeció su labor a los fieles presentes, «que representáis a todos los demás», y a los que siguieron la ceremonia a través de www.canal25tv.es.

Huellas, nombres y rostros

El obispo llamó ante el altar a Guillermo e Ingrid, matrimonio binefarense al frente de la delegación de familias, así como al ecónomo y la vice-ecónoma diocesana, subrayando los «rostros y nombres al servicio de todos». Tras pedir juntos al Espíritu Santo por los frutos del Sínodo, el obispo repartió a los sacerdotes, y estos a los fieles, una huella
como símbolo del proceso sinodal, invitación para caminar juntos y hacer presentes la comunión, la participación y la misión.

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